‘Solo tú eres necesario’

'Solo tú eres necesario'
'Solo tú eres necesario'
V. Meneses

Cuentan que al sabio Avicena (Ibn Sina), persa que vivió en el año 1000, le hicieron una pregunta simple, pero que podía ser para probarlo, para aprender de su ciencia o para comprender lo que explicaba, que era enrevesado: "Dinos, maestro. ¿Qué hemos de contestar si nos preguntan dónde está Dios?" 

A lo que Avicena respondió: "Si quien os pregunta es más bien bobo, decidle que Dios está en el cielo. Si fuera una persona santa, contestadle que se encuentra en todos lados. Pero si quien os ha consultado es un verdadero sabio, habréis de decirle que Dios, estar, lo que se dice estar, no ‘está’ en ninguna parte".

En el debate de investidura de los días 15 y 16, el sabio que atendiera a los discursos del Doctor Sánchez y de sus socios ocasionales hubo de deducir (porque estar, no estaba) cuál era el motor inmóvil, la causa velada de la solemne escenografía democrática; el agente operativo que, al no ‘estar’, no era visible, ni audible, ni aparecía en el discurso del candidato. Un 7: necesitaba siete votos para poder repetir ante el rey su anhelada y pública promesa de guardar (y hacer guardar, que es cosa más peliaguda) la Constitución. Ese escurridizo 7, de aura cabalística, era el ‘primum movens’ de la vistosa función protagonizada por el Doctor.

El mismo Avicena, en idea heredada de los griegos, enseñaba que el conocimiento cabal de toda cosa implicaba discernir su causa. Puesto que, salvo la divinidad, cuanto hay en el mundo tiene causa, su intelección no se adquiere plenamente ni se penetra en su esencia a menos que se conozca dicha causa.

Por eso, la comprensión de lo ocurrido en el Congreso de los Diputados radica en asumir la relevancia causal del evasivo número 7, al que el Doctor debe su victoria formal. Paradójicamente, no a su posesión, sino a su carencia. Sin la falta de ese 7 (un -7, pues), ni habría amnistía para los dirigentes separatistas que prometen reiterar sus actos delictivos, ni quitas por el malgasto autonómico, ni ofertas a las comunidades llamadas forales –como si Aragón no lo fuera– bajo férula aranista¬, ni sujeción del Gobierno de España a inspectores extranjeros, ni merma oprobiosa del poder judicial. La fuerza del -7.

El presidente del Gobierno empieza su nuevo mandato bajo coacciones desmedidas
de pequeñas minorías separatistas, aceptadas por él con grave riesgo del bien general

El Doctor Sánchez, economista, sabe contar y aplastó de inmediato al menguado e invisible -7: "Hoy, en esta Cámara, vamos a escuchar a los veinticinco millones de ciudadanos y ciudadanas que votaron el pasado 23 de julio". Solo un necio o un tramposo confundiría a los representantes con sus representados. Y Sánchez no puede ser necio, puesto que es Doctor.

Concluida la triunfal sesión, los grupos adictos al Doctor aplaudieron, en pie, excepto Bildu y Junts per Cat. O sea, la gente de Otegi y la del pujolista Puigdemont. Lo mejor del Congreso.

Aizpurua es una avezada defensora de ETA. La diputada Nogueras, más nueva, se gusta en su papel de fustigadora del Doctor. Le dice y repite que sus votos (7) no se fían de él; que ‘dialogar’ es trampa, porque lo que el Doctor ha firmado es ‘negociar’ (hay que creerla bajo palabra, porque lo exactamente firmado lo callan el Doctor y su apoderado Cerdán); que van a vigilar si cumple o no con lo que dicen las 1.486 palabras del escrito que el mesnadero firmó en su nombre. Nogueras, como López (Patxi), dejó sus estudios antes de empezarlos, pero es versada en números, como el Doctor, ya que ejerce de empresaria del textil: 1.486, ni una menos. Por si acaso, se lo dijo dos veces. Y enfatizó: "Amb nosaltres, no provi de temptar la sort perquè no li funcionarà". Difícil resistirse, porque al Doctor le viene funcionado y es precisamente eso lo que va a intentar. No obstante, maestro del regate en corto, el Doctor, con seductora docilidad, sustituyó de inmediato ‘diálogo’ por ‘negociación’ y aseguró en su réplica que haría honor a su palabra: "Cuenta usted con mi compromiso". Palabra de Sánchez, famoso porque nunca se desdice.

Como esas relaciones están basadas en el momentáneo provecho, el contacto produce chispas. El plan del Doctor es el que se teme Nogueras: ir poquito a poquito. Se le escapó al conseguidor Cerdán, ante un micrófono (ojo: han empezado a gustarle): "La relación con Junts se suavizará e irá mejorando". La táctica convertida en estrategia. Ese es el plan con el que, a la larga, todos saldremos perdiendo.

"¡Pedro, todos somos contingentes, pero tú eres necesario!", parecía decir Patxi López, como el enardecido vecino a su alcalde en la asombrosa ‘Amanece, que no es poco’ de José Luis Cuerda. Este era hombre leído (no como Patxi) y usó esa frase –cierto que dirigida a Dios–, la cual es también de Avicena.

El Gobierno está bajo chantajes televisados. Hay más (ocultos, como el -7). Y queda una incógnita, que el Doctor aún no ha despejado: si volverá el prófugo Puigdemont a España en maletero, en Falcon o en silla gestatoria.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Guillermo Fatás)

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