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Cartas al director de HERALDO: Comprender y ayudar a los adolescentes

Comprender y ayudar a los adolescentes
Comprender y ayudar a los adolescentes
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Comprender y ayudar a los adolescentes

No tengamos miedo a la realidad, ni a pronunciar esa palabra que tanto pavor nos da el escuchar. Hay muchos adolescentes que no se sienten comprendidos, ya no solo por sus padres, lo que sería tal vez el menor de sus problemas, sino que se sienten incomprendidos también por sus propios compañeros de colegio o de instituto, esos que les insultan, desprecian y les hacen sentirse de menos.

El uso de las redes sociales en la adolescencia... destruye muchas vidas y los jóvenes no saben de otro mundo más que el de ellos. Desde casa, nosotros, los padres, debemos fortalecer su carácter y compensar todas esas carencias y debilidades, transmitirles valores que les llenen y fortalezcan su persona. Cada uno tiene su carácter, eso es bueno, dejemos que sean como son, dándoles confianza en ellos mismos. Hay que acompañarlos en sus decisiones y apoyarlas, que no se sientan solos en ellas, que vean que estamos unidos a sus problemas, aconsejando en sus posturas; sin juzgarles, sin decir no desde el principio.

Hablemos, dialoguemos con ellos, que noten que cada vez que nos hablan o transmiten algo se sienten escuchados; aunque nosotros creamos que son tonterías, para ellos no lo son, porque hacen otro mundo dentro del mundo que les toca vivir; hoy en día no es nada fácil con todo lo que les rodea.

Démosles lo que piden, pero a cambio de responsabilidades. Que sientan que se les quiere, compartamos con ellos nuestros miedos, que vean que nos tienen siempre ahí, cerca. Se podrían evitar algunas de esas situaciones graves que nos vienen atormentando tanto. Hagamos de su fragilidad una coraza.

Nuria Marruedo López. ZARAGOZA

Sorpresa en el paso de cebra

Los pasos de cebra de Zaragoza guardan sorpresas. ¡Y tanto! Y no precisamente agradables por detenerse a leer un verso, sino para asegurarse de que el bordillo está rebajado y es accesible para una silla de ruedas. Me desplazo en silla de ruedas y no me podía imaginar lo complicado que es. Muchas farmacias, comercios, tiendas, bares, restaurantes, pastelerías, portales, bancos y un montón de establecimientos a los que no puedo entrar. Debería haber una norma que obligara a estos establecimientos a ser accesibles. No vale poner una rampa para que parezca accesible y luego resulta ser un tobogán. Tirar la basura es misión imposible. Han colocado cubos que dicen ser aptos para minusválidos, pero lo único que tienen es el logotipo con la silla de ruedas. Los contenedores están tan separados de la acera que ni al inspector Gadget con su gachetobrazo le daría para tirar la bolsa de basura. También hay cosas buenas. Gracias por colocar un espacio en la plaza del Pilar donde los usuarios de sillas de ruedas podemos disfrutar de los conciertos. Ojalá pronto pueda decir que mi ciudad es muy accesible.

Mercedes Iguaz Millán. ZARAGOZA

Paseando por la sierra

Esta carta es más bien un grito desesperado ante lo inevitable. Esta batalla está perdida y tan solo un loco de la estatura de Alonso Quijano la podría remediar. Este verano estuve en la sierra de Albarracín, todos los antepasados que alcanzo a recordar son de allí y, como tantos hijos de emigrantes de la provincia de Teruel que andamos perdidos por la geografía española, cada vez que puedo regreso para encontrarme conmigo mismo y con mis familiares. Y siento un irresistible deseo de salir por esos viejos caminos que atraviesan los Montes Universales y que han transportado tantas tristezas y tantas alegrías. Me gusta salir de madrugada, con el andar reposado, respirando entre el olor del espliego, de la lavanda o el tomillo, subir la empinada cuesta y detenerme a otear el paisaje. Cuando estoy ahí y siento las voladitas de aire en la cara, advierto que el goce no es tan solo visual, sino que toman parte en él todos nuestros sentidos, la temperatura, los olores, el ruido lejano de los cencerros, los pájaros, el movimiento de las hojas, el silencio de la montaña y el sentimiento de la agilidad de los músculos, todo ello contribuye a producirme un estado de calma espiritual. No obstante, todo eso se va a perder, ese paisaje va a dejar de ser ‘Teruel al natural’, como decía la Diputación, para convertirse en un sucedáneo. O, como dijo un responsable de las eléctricas, estos montes van a dejar de ser suelo rústico para tornarse suelo industrial. Así van a clavar 149 puñales en forma de molinos por toda la sierra de Albarracín, operando por la espalda y con nocturnidad para que haya las mínimas alegaciones y protestas. Todo ello a pesar de que más de la mitad de los molinos no serán rentables y de que esa electricidad no se quedará en Teruel, sino que se irá para Valencia, donde hay varias zonas en las que las mediciones de viento indican mayor rentabilidad. Van a abrirse 210 km de pistas de seis metros de anchura y 459 kilómetros de zanjas por toda la sierra, con el impacto que ello va a tener en la flora y la fauna. Eso nos da una idea de la dimensión de este descomunal disparate. Como viven de las subvenciones y no solo de la rentabilidad eléctrica, que los molinos sean rentables o no les tiene sin cuidado; y además saben que aquí vive poca gente y desde su opulencia nos ven como cuatro gatos ignorantes e incapaces de protestar. ¿De verdad no van a hacer nada, señores políticos? ¿Es que no se dan cuenta del impacto negativo que va a tener en el turismo rural, precisamente ahora que cada vez viene más gente de la ciudad buscando el fresco, la tranquilidad y los paisajes naturales? ¿Quién va a querer venir cuando vean decenas de molinos clavados en nuestros montes, quién va a querer andar al lado de esos mamotretos escuchando el amenazador ruido metálico que producen? Cada vez comprendo más a Don Quijote. Señores políticos, ustedes están ahí no para gobernar sobre el pueblo, sino para gobernar ante el pueblo. Su deber es defender nuestro territorio, porque eso es defender nuestra personalidad.

José Saz Vicente. MONTERDE DE ALBARRACÍN (TERUEL)

Un emotivo y merecido homenaje

El viernes 27 de octubre en la Sala Mozart del Auditorio de Zaragoza se celebró el primer concierto del ciclo de otoño. Antes de empezar, don Miguel Ángel Tapia pronunció una breve locución recordando al arquitecto don José Manuel Pérez Latorre, fallecido el 21 de septiembre. La contribución de Pérez Latorre a la cultura de nuestra ciudad es innegable, sobre todo con la construcción de este Auditorio de acústica milagrosa, según Perianes. Las palabras del señor Tapia reflejaron la personalidad del arquitecto, auténtico antídoto de la mediocridad, un verdadero humanista.

Isabel García Forcada. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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