Por
  • Cartas al director

Cartas al director de HERALDO: ¿Por qué seguimos matándonos unos a otros?

Los cuerpos esperan en cámaras frigoríficas a la espera de ser identificados MIDEAST ISRAEL GAZA WAR
¿Por qué seguimos matándonos unos a otros?
ABIR SULTAN

¿Por qué seguimos matándonos unos a otros?

Cuando se adueña la soledad del invierno en el odio y la venganza del fondo de nuestro ser, hay una alerta infinita, con un dolor mas frío que el hielo, que nos convierte en seres frágiles, con miedo y desolación en el corazón humano. 

Parece que los sentimientos más positivos del ser humano se hayan anulado por fuerzas extrañas que nos quieren aniquilar, por la fiebre egoísta y ambiciosa de la maldad, con el grave sonido de las guerras de antes y de ahora. Siempre nos surge la misma pregunta: ¿Por qué nos matamos unos a otros? La ley de la selva, a veces, parece más racional que la ambición ciega del poder de unos sobre otros. Todas las religiones elevan la supremacía del bien como comportamiento ideal, ético y moral, identificándolo cada religión con su Dios. Aunque también se elevan voces en favor del mal, donde se llega a invocar el nombre de algún Dios en vano como justificación para sus objetivos económicos y de expansión, utilizándolo como arma de terror, sin que aparezca la más mínima conciencia, atropellando y matando a gente inocente de un lado y de otro, niños indefensos y ancianos desvalidos; viendo las imágenes en televisión se nos encoge el alma. Muchos días, se nos paraliza la circulación sanguínea tratando de salivar las noticias, en una actitud de impotencia y desespero, donde la paz, tan implorada y cantada, no tiene cabida en semejantes monstruos que no valoran la vida, ni la suya ni la de sus semejantes. Sólo nos queda la esperanza, hasta que el absurdo bélico se dé por vencido sin las armas o el tratado esperado y de reconocimiento firmado impere entre los pueblos, donde tengan sentido la justicia y el amor. No a la destrucción física, mental y espiritual de la humanidad, fruto de la estupidez humana.

Menchu Gil Ciria. ZARAGOZA

Hay mucho que cambiar

Vivimos en una sociedad en la que va más gente a un entierro que a un cumpleaños; en la que las relaciones sanas son imposibles, nos atrapa la toxicidad en cualquier lugar, amistad, amor, qué más da, siempre la gente te acaba doliendo. En la que todos estamos absorbidos por el móvil, que es la nueva droga; en la que las palabras ‘visto’, ‘leído’, ‘en línea’, ‘escribiendo’, etc., tienen un valor incalculable para bien y para mal. Una sociedad cargada de personas egoístas, incapaces de mirar al de al lado y ver al que está mal. Si pasa algo en tu ciudad o en tu pueblo, lo lees al instante en las redes sociales, todo es inmediato, el tiempo de espera, de procesar la información es una mariposa que vuela muy rápido. Las noticias se hacen vírales y tal como aparecen desaparecen. Todo tiene fecha de caducidad: las relaciones, las amistades y hasta los matrimonios. Vivimos en una sociedad en la que la palabra ansiedad está de moda, en la que las redes sociales nos enseñan el reflejo de una vida de mentira y nosotros sonreímos mientras la miramos, y lo peor es que la envidiamos. Vivimos en una sociedad que cambiarla está al alcance de nuestra mano…

M.ª Victoria López de Val. CUARTE DE HUERVA (ZARAGOZA)

La dictadura de las minorías

Los resultados de las elecciones siempre son claros, son números, no hay elucubración posible. La enervación de actitudes se produce por dos cuestiones: cómo se llega a esos datos y lo que se puede hacer con ellos. Claro, siempre sin afectar a nuestra Constitución, pues por desgracia, al menos para quien escribe, su contenido es lo poco, pudiera ser lo mucho, y lo único que nos une a todos los españoles. Hay que decir que el Congreso tiene la representación de la nación, del ‘todo’, y el voto de cada español debe tener el mismo valor, esto es elemental. Pero la Constitución, fruto de la realidad social imperante en el momento de su aprobación, especificó como circunscripción electoral ‘la provincia’, junto a algún otro criterio como el reparto mínimo por provincia de dos escaños. No fue la Constitución quien determinó el sistema electoral, es decir la forma concreta de elegir quien ocupa el escaño. Bien podría ser a través de un sistema mayoritario (defendido por la derecha tradicional) o proporcional (defendido por la izquierda política). Todo lo expuesto es la base de una situación actual que lleva al deterioro de la democracia e implantación de una especie de dictadura de las minorías. Las minorías reunidas que alcanzan la mínima mayoría imponen a la opinión mayoritaria su forma de ver la vida, sus valores, lealtades y creencias, modificando la sociedad según su entender. Seguro que nuestro constituyente no quiso que la democracia de las minorías se impusiera a la mayoría, pero así ha sido y es. Al sistema electoral le falta un cierre que lo haga ciertamente democrático, porque la imposición de las minorías no lo es. Las soluciones siempre deben atender a la frase «gobierno de la mayoría con respeto a las minorías», y pueden establecerse desde sistemas mayoritarios, proporcionales o mixtos, da igual; pero, señores políticos, deben hacerlo, porque la imposición y la dictadura de lo que creen y piensan los muchos pocos no es democrático.

Luis Vernet Gómez. ZARAGOZA

Unas jornadas atípicas

Los días 21 y 22 de octubre se celebraron las Jornadas Micológicas o ‘fira del bolet’ en la localidad turolense de Beceite. Todo el pueblo se volcó en la cocción de las setas y en la preparación de la feria. A la degustación, se le sumaban charlas para diferenciar las setas comestibles de las tóxicas, paradas con productos de proximidad y la buena música de los dulzaineros de Valdealgorfa y Mazaleón. Sin embargo, esta edición ha sido atípica. Estamos a finales de octubre y hace más calor de lo normal; ha llovido muy poco y las setas no han podido crecer. Es más, se han tenido que comprar y traer de otros sitios porque no habían crecido. Esta realidad nos muestra cómo el cambio climático afecta cada vez más a los ciclos naturales y a nuestras costumbres y tradiciones. A lo que me pregunto, ¿saldrán las setas?

Gerard Ger Tavira. TIANA (BARCELONA)

El aparcamiento y el trabajo

Tengo obreros trabajando en mi casa. Vivo en Fernando el Católico, calle céntrica con escasos lugares de estacionamiento que estén próximos. Los obreros han logrado dejar su furgoneta, mientras trabajan, en una zona de carga y descarga amplia y casi siempre vacía. Les acaban de multar. Me pregunto: ¿no tienen bastantes dificultades ya las pequeñas empresas? ¿Para cuándo una tarjeta de aparcamiento gratuito para vehículos de trabajo en Zaragoza?

Araceli Herrera Pedreira. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

cartas@heraldo.es

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión