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Cartas al director de HERALDO: El duro camino del cáncer de mama

La prevención salva vidas cuando se habla de cáncer de mama
El duro camino del cáncer de mama
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El duro camino del cáncer de mama

El jueves fue El Día Mundial contra el Cáncer de Mama. Los medios se centran en noticias de esperanza, pero lo que no se ve es el mundo en el que tienen que vivir las pacientes y los familiares. Aunque en algunos hospitales pueda existir una saturación, no es excusa para que algún oncólogo no esté a la altura. 

En nuestro caso, durante más de cuatro años estuvimos luchando con todas nuestras fuerzas. Tras el diagnóstico inicial, las opciones eran la sanidad privada o la pública. Elegimos la Seguridad Social y, aunque con luces y sombras, creo que fue la mejor elección. Como luces, la cantidad y calidad de sus medios técnicos y humanos. Como sombras, la poca humanidad de algún médico. Tras varios y duros tratamientos, viendo su nula eficacia, aconsejados por nuestro oncólogo, decidimos hacer estudio genético completo por nuestra cuenta (la sanidad pública en ese momento no lo hacía) para conocer las mutaciones e intentar atacar dirigidamente al tumor. Tras ello optamos por un ensayo clínico fuera de nuestra comunidad, ya que en la nuestra no existía. Desgraciadamente tampoco funcionó y tuvimos que volver a Zaragoza. Al volver a nuestro oncólogo del Salud, este se negó a atendernos diciendo que ya no nos correspondía como médico. Al intentar hablar con el jefe de Oncología, este le contestó a mi mujer a gritos en medio del pasillo: "señora, no le voy a atender". Mi mujer, desolada, se puso a llorar. Supongo que ese señor reflexionó y al poco teníamos asignada oncóloga, que ha sido una de las personas con más bondad y profesionalidad que hemos conocido en este duro camino; quiero darle mi agradecimiento más profundo. No sé si esto le puede interesar a alguien, pero se lo debía a mi querida esposa ya fallecida. Pido más investigación en nuestra comunidad y más empatía con las personas afectadas.

Juan Serrano Serrano. ZARAGOZA

¡A buenas horas...!

Leí el día 15 la entrevista al consejero de Sanidad del Gobierno de Aragón, que propone que los médicos se jubilen a los 72 años. Los políticos están para, entre otras cosas, ‘leer’ el futuro y prevenir las consecuencias de dislates como el que se cometió obligando a jubilarnos, de un día para otro, a los médicos de 65 años. Pertenezco a esa generación. Fui jefe de servicio de Pediatría por oposición nacional del Hospital Obispo Polanco de Teruel. A los 60 años, a petición propia y por motivos de decencia personal, solicité comisión de servicios en cuatro humildes pueblos de la provincia. Los gastos de 250 kilómetros semanales de recorrido los ponía de mi bolsillo. Me entregué con modestia pero de todo corazón a los pacientes. Ellos, sus familias y yo fuimos felices. Rechacé plantear un recurso judicial por la barbaridad de obligarme a dejar de trabajar para el servicio público a los 65 años. Actualmente, se podría aplicar el dicho "a buenas horas, mangas verdes" dedicado a bastantes de nuestros dirigentes. Se refiere a la laxa actitud en los últimos años de existencia (se disolvió en 1843) de la Santa Hermandad, creada por los Reyes Católicos para custodiar a la población de los bandidos. En su decadencia no llegaban a nada y no ejercían sus funciones, como algunos políticos de la actualidad.

Miguel Labay Matías. TERUEL

Elogio del aburrimiento

¿De verdad el aburrimiento debe de estar tan mal considerado, cuando lo que mucha gente realmente querría es aburrirse de vez en cuando, y no tener nada que hacer, y poder sorprenderse gratamente en lugar de decepcionarse con la cascada de obligaciones y noticias que nos envuelven? Incluso cuando terminamos nuestro trabajo, estamos rodeados de estímulos: parece que no tengamos tiempo para ver todos los canales, jugar con todos los juegos, ver todos los vídeos. Arrastramos a nuestros hijos en una corriente de quehaceres: extraescolares, deportes, cumpleaños... Les hacemos creer que siempre hay algo que hacer. ¿De verdad es necesario que siempre estemos ocupados? A veces pienso si no sería recomendable un poco de aburrimiento. Es verdad que podría derivar en holgazanería, pero a veces es el aburrimiento el que estimula nuestra imaginación. Debemos plantearnos si llevar una vida tan plena de estímulos es mejor que tener momentos aburridos en los que el más mínimo estímulo nos deje encantados.

Tomás López Agustín. ALCAÑIZ

¡Mil gracias al 061!

En pleno puente del Pilar, hacia la medianoche, tuve que avisar al 061 para que atendiese a mi madre centenaria. Consideraron que lo mejor era enviar una UVI e intentar estabilizarla en el domicilio. Se personaron enseguida. Con amabilidad y cariño los cuatro sanitarios lograron recuperar a mi madre y tranquilizar a la familia. ¡Enhorabuena al servicio del 061 por su excelente organización e impecable actuación!

María Pilar Vallés Liberal. ZARAGOZA

Al fin huele a tierra mojada

Llueve, al fin llueve. Estos días de lluvia me da por pensar que todas las personas, de un modo u otro, hemos cometido equivocaciones más o menos graves. Como soy hombre de campo, comparo el tener un tropiezo en la vida con caer a una acequia, sales mojado, sucio, con algún rasguño y, con un poco de suerte, con los bolsillos vacíos. Pues bien, pasa el tiempo, la ropa se seca, la suciedad se limpia, lo que perdiste lo recuperas, o no, pero siempre te queda alguna pequeña cicatriz que te recuerda tu caída. Todo vuelve a la normalidad, pero, por desgracia, siempre te van a señalar como el que cayó a la acequia. Algunos que creías amigos ves cómo se alejan, al mismo tiempo que otras personas se unen a ese viaje que se llama vida. Espero que esta experiencia, explicada de una forma muy gráfica, sirva a todas aquellas personas que estén pasando por algún momento duro. De todo se sale, es cuestión de tiempo y de tesón. Sigue lloviendo, al fin huele a tierra mojada...

José Manuel Tovar Barrios. PEDROLA (ZARAGOZA)

Mal estacionados

No es normal que puedan estacionar los vehículos donde les dé la gana y haciendo caso omiso la Policía Local cuando hace la ronda por la calle María Moliner y la plaza Miguel Hernández, puesto que al lado de un paso de cebra en paralelo a la misma siempre se encuentran vehículos mal estacionados. Y afectan al acceso a la plaza, dejando el espacio de paso para un vehículo, porque llegan a estacionar en batería hasta tres. También estacionan en el paso de cebra, siendo impedimento para los peatones. Si existen unas normas son para cumplirlas y está demostrando la Policía Local todo lo contrario. El infractor no es sancionado.

Pascual Enrique Gimeno García. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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