Dime con quién pactas

Dime con quién pactas
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Pedro Sánchez se ha hecho la foto con Mertxe Aizpurua y Gorka Elejabarrieta, representantes de Euskal Herria Bildu. Es un nuevo hito en la trayectoria de este secretario general del PSOE. Era lo que faltaba: una forma nítida de sellar el pacto para la investidura y lo que se tercie con los herederos de ETA. Después de su derrota en las elecciones generales, Sánchez busca votos "debajo de las piedras". 

Quiere repetir como presidente del Gobierno de España cueste lo que cueste, a él y a su partido. No hace ascos a nada. Salvo con Vox –con quienes ni se reúne– y con el PP –con quienes no pactará, aunque sea necesario–, el resto del arco parlamentario entra en su agenda, según él, ‘progresista’. Pero son tantas las contradicciones, los cambios de posición y las componendas que cada vez resulta más difícil saber de qué progreso se trata.

Vamos por partes. Sánchez, como dice el dicho, miente más que habla. Fuerza su palabra de tal manera que ni George Orwell sería capaz de seguirle el hilo. Lo insólito es que esas mentiras sigan cosechando votos y que no haya protestas generalizadas. No es fácil comprender cómo hay votantes que aceptan la mentira sistemática y estructural en la praxis política de Sánchez y sus fieles. Hace dudar de la inteligencia e integridad moral de quienes le siguen votando. Por eso mismo es un artista del engaño, ¡ni sus votantes se sienten engañados! Ese modo de hacer política quizá sirva para conseguir el poder, pero socava los cimientos de la convivencia.

Está malbaratando el legado del PSOE de tal manera que ni sus antecesores ni los pilares donde se asienta su organización se reconocen en las ‘trágalas’ que está cocinando. Pactar con Bildu ya fue indigesto la legislatura anterior. Ahora va más allá. Otegi y los suyos saben que una oportunidad como ésta no la volverán a tener.

Los herederos de ETA no se arrepienten de su pasado. Su exigua ‘memoria democrática’ no los lleva a pedir perdón a las víctimas por los asesinatos cometidos, ni en particular por los muertos del PSOE, ni condenan actos como la reciente profanación de la tumba de Fernando Buesa, ni renuncian a sus objetivos. Porque, eso sí, los de Bildu no mienten. Su progreso ya sabemos qué raíces tiene y dónde quiere llegar. Siguen siendo abertzales, independentistas, socialistas y revolucionarios. Y si no cabes en su modelo ya sabes por dónde están la puerta y las tumbas.

La reunión de Pedro Sánchez directamente con los representantes de EH Bildu estrecha una indigna alianza entre el Partido Socialista y quienes, recogiendo el legado de ETA, se resisten todavía a condenar los asesinatos cometidos por la banda terrorista

No sé qué pensarán los familiares y amigos de los socialistas asesinados por ETA. Tiene que haber mucho dolor y rabia. La foto de Sánchez supone el blanqueamiento de los asesinos, como declaraba Maite Pagazaurtundua, a cuyo hermano, Joseba, mataron en 2003. Aquí también toca reclamar una buena dosis de ‘memoria democrática’... Es decir, los herederos de ETA también deberían cumplir "los principios de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición". Como dice el Gobierno en funciones "son esenciales en la construcción de una memoria democrática compartida que, no solo supere las heridas causadas, sino que además sirva de sólido fundamento a una verdadera cultura democrática" […] "Siendo la memoria el ejercicio de reconstrucción del pasado en el momento presente, ha de entenderse como un derecho; un derecho de la ciudadanía. Para ello, el objetivo fundamental de toda política de memoria […] es crear condiciones de pedagogía social que se constituyan en garantías de no repetición".

Si eso no queda claro, estaremos en circunstancias análogas a las que se refería el portavoz de Podemos en las Cortes de nuestro país, de Aragón, el diputado Andoni Corrales Palacio (Bilbao, 1973), el pasado mes de agosto, cuando se lució recordando un dicho alemán: "Si en una mesa hay un nazi y diez personas que le respetan, en esa mesa hay once nazis". Aquí cabe aplicar el mismo argumento: si en un pacto, con foto incluida, hay una condenada por enaltecimiento del terrorismo –que señaló a periodistas y no reniega de su trayectoria– y otros que sonríen con ella y se dan la mano, la conclusión es evidente.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Chaime Marcuello)

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