Por
  • Magdalena Lasala

Precios y políticos

El precio del aceite de oliva se ha disparado.
El precio del aceite de oliva se ha disparado.
Daniel González / Efe

Los precios siguen subiendo en una progresión muy difícil de sostener para las familias. Los carburantes están más caros que hace un año cuando había la ayuda de los 20 céntimos: la gasolina sigue subiendo escandalosamente, ya empezando a rozar los 2 euros por litro (el 50% de la recaudación por los carburantes es ganancia para el Estado). El encarecimiento continuado de la cesta de la compra ya obliga a cambiar hábitos alimentarios buscando productos de peor calidad pero más asequibles al bolsillo para poder llegar a fin de mes, agravado con la imponente subida del 52,5% del precio del aceite de oliva, y sumándose la brutal subida de las hipotecas, con intereses doblados y triplicados y los impuestos ya anunciados para el próximo año. Aunque se amplió al 31 de diciembre el 0% de IVA en algunos productos básicos de alimentación, siguen gravados con un 5% todos los aceites y las pastas y se sigue pagando un 21% en una gran parte de productos de higiene y farmacia, material escolar y servicios asistenciales. Otros países han bajado o quitado el IVA para ayudar a las familias y reducir la inflación; Portugal dejó al 0% el IVA en toda la cesta de la compra. Pero el Gobierno español mira a otro lado aprovechando la recaudación muy por encima de lo previsto en los Presupuestos Generales gracias al IVA de los precios, cuanto más altos, más. El Ministerio de Consumo no es capaz de controlar el aumento de los precios, y los ciudadanos soportan a sus expensas las subidas continuas, pero su ministro está exultante porque el sexismo en la publicidad de juguetes se ha reducido por primera vez en nuestro país. Nuestras estadísticas de pobreza también crecen sin remedio. Mientras, todos los partidos políticos se ponen de acuerdo en seguir aumentando nombramientos de asesores, cargos en diputaciones y comarcas y puestos en empresas públicas y semipúblicas dando cabida remunerada a políticos que no han salido elegidos en las elecciones; las estructuras y sus gastos aumentan legislatura tras legislatura y no importa lo que se haya prometido en campaña electoral. ¿Por qué Aragón sigue en desventaja a la hora de eliminar diversos impuestos como los de Patrimonio y Sucesiones como ya han hecho otras comunidades también gobernadas por el PP?

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