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  • Cartas al Director

Cartas: No la llaméis Pilarica

Un momento de la Ofrenda de Frutos a la Virgen del Pilar.
Un momento de la Ofrenda de Frutos a la Virgen del Pilar.
José Miguel Marco

Observo que algunos articulistas, escriben alegremente ‘Pilarica’ al referirse a la Virgen del Pilar. Parece que se les olvida lo que por distintos joteros y en libros se ha escrito sobre esa malsana costumbre. Ya lo advirtió a principios del siglo pasado don Gregorio García-Arista con su famosa copla, reproducida por varios autores, y que tienen en el olvido. Se la recuerdo para que la tengan presente: «El decirle a nuestra Virgen / Pilarica es igualito / que si a Dios Nuestro Señor / le llamáramos señorito». Posterior mente don Juan Antonio Gracia, que felizmente aún vive, escribió en estas mismas paginas un artículo estupendo sobre esta malsana costumbre. Y más cerca en el tiempo se ha dejado reseña en la revista ‘Aragón’ por Eduardo Cativiela. También se han hecho eco Domingo Buesa, en el catálogo de la gran exposición en la Lonja ‘El Pilar es la Columna. Historia de una devoción’ (1995), y el año pasado María Jesús Hernández, jotera, en su estupendo libro sobre la jota también la expuso, sin que hasta el presente algunos periodistas respeten la cultura. Más bien fomentan el folclore cutre y chabacano. Sirvan estas letras para tener un poco de más cuidado al escribir sobre Nuestra Virgen del Pilar. Que, como decía don Mariano de Cavia, «en Zaragoza se puede ser ateo, pero se tiene devoción por la virgen del Pilar».

Francha Menayo y Domingo

ZARAGOZA

El pregón y Aragón Televisión

Sorpresa, la que se llevó la asociación Gaiteros de Aragón y de la Cultura Popular (AGA) cuando uno de los comentaristas del pregón de las fiestas del Pilar de este año, habló sobre la historia de la comparsa de gigantes y cabezudos. Narró la historia y recuperación de la música en la comparsa sin nombrar en ningún momento a la asociación, que es la que recuperó la tradición y son los músicos que actualmente acompañan a la comparsa. También se refirió a la gaita monegrina como la única gaita aragonesa, denominación errónea. Toda la información referente a la comparsa (protocolo, música…) y cualquier otro tema vinculado a la cultura popular y musical en Aragón se puede encontrar en la página web de la asociación Gaiteros de Aragón y de la Cultura Popular.

Pilar Montorio Gracia

Zaragoza

Una desorganización inasumible

Pertenezco a la asociación cultural ‘Santa Sofía’ de Cuencabuena, que lleva pasando la Ofrenda de Flores 27 años. A lo largo de ese tiempo hemos salido en todas las horas posibles, tanto matutinas, como vespertinas, pero puedo asegurar que nunca nos había ocurrido lo de este año. Sabemos que, debido a la gran multitud que participa, siempre se generan retrasos, pero este año ha sido el peor de todos. La hora de entrada a la Ofrenda la teníamos a las 11.47 y cuando iniciamos el recorrido para ir por la calle Don Jaime, ya que en teoría la calle Alfonso estaba colapsada, eran las 14.33, entregando las flores a las 15.55. A lo largo de todo el camino, la gente entraba a la Ofrenda por donde quería y salía por donde le daba la gana, sin ningún control, quitando las vallas a su antojo. Los aragoneses somos de aguantar y resistir y eso hicimos, pero se me caía la cara de vergüenza cuando veía a las personas mayores de mi grupo y a los niños, aborrecidos con tanta calor y tanta espera, sin poder darles una explicación, y eso para mí es inasumible. Por cierto a nosotros no nos pusieron chip, tal vez solo se lo pusieron a los grupos que cumplieron el horario para que quedara constancia de que la cosa había ido bien.

Juan Carlos Blasco Nuño

ZARAGOZA

La paz y la guerra

Mesas y silllas a rebullo en la plaza, gente tranquila, comiendo y bebiendo sin mirar la hora. Jóvenes animados a pedir otra jarra. Se disfruta en la plaza hasta altas horas de la noche. Se comenta el buen tiempo que hace en mitad de octubre. A la vez, en las televisiones de esos bares se transmite una guerra terrible. Gente corriendo, cadáveres por las calles, edificios reventados por drones y misiles. Soldados jóvenes enviados al frente sin conocer el uso complejo de las armas. Mujeres, enfermos, niños y ancianos cuyo único refugio es taparse la cara. Es el contraste tremendo de un país en paz con un país en guerra. Las pantallas ofrecen imágenes de mandatarios que se reúnen en busca de una paz que no son capaces de conseguir. Proclaman «¡hay que ganar!». Argumento patético. ¿Qué hay que ganar para que muera tanta gente y haya tanta destrucción? En las mesas del bar, servidas por extranjeros, las familias ríen indiferentes a las escenas de explosiones y muerte, como si fuese una película. Por la plaza pasean familias de otros países y me pregunto las razones para que salieran de sus casas, personas con distintas culturas que no saben si serán aceptadas. La miseria y las guerras les empujan a huir de sus hogares.

Pilar Valero Capilla

ZARAGOZA

El inmovilismo del sistema educativo

La elección entre Filosofía e Historia de España en la selectividad propicia opiniones sobre la contrariedad de que los alumnos no se examinen de Historia, y los argumentos son casi idénticos a los que ayer ideaban los docentes de Filosofía. El pretexto no es diferente al que hace unos años motivaba el desplante del profesorado de Educación Física o de Plástica porque perdían alguna hora en sus cursos. Cualquier cambio que modifique la configuración horaria de las materias escolares se convierte en un problema, y el asunto está en la base del inmovilismo educativo que arrastra y precariza la enseñanza en España. Habrá quienes argumentarán la inconveniencia de especializar materias a edades tempranas, e incluso opinarán que para cuanto el alumno debe despertar a estas edades sirve cualquier materia. En todo caso, que los cambios no deberían ser de asignaturas, sino de la forma en que estas se explican, y en este sentido se adentra la nueva legislación educativa que propicia formas alternativas de docencia, e incluso el tan mal llevado bilingüismo o el uso de la búsqueda informática, pero dentro de las asignaturas existentes. El sistema educativo está tan reglamentado que se ha convertido en una empresa rígida. Aunque es el modo con el que muchas personas nos ganamos honradamente la vida, preocupadas de obtener una oposición, o seguir en nuestro sitio de trabajo o ir a otro más cercano al de nuestra vivienda, y procurando mejorar nuestro inglés o conocimientos informáticos o nuevas pedagogías. Pero tan necesitados de nuestras materias (Lengua, Historia, Música, Plástica...) que cualquier alteración horaria, por mínima que sea, y no digamos desaparición de materias, es un problemón. No entrar a este debate, por respeto humano, conduce irremisiblemente a la obsolescencia o al fraude de la enseñanza.

Javier Fatás Cebollada

ZARAGOZA

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