Por
  • Pablo Guerrero Vázquez

Lorca y Jaca, 'in memoriam'

Federico García Lorca.
Federico García Lorca.
HERALDO

Jaca amanece hoy algo más tranquila que estos días y se prepara para un otoño sosegado que los jacetanos esperan como agua de mayo. Hoy, también, hace justo noventa años que García Lorca leyó algunos poemas en los Cursos de Verano de la localidad, convulsionando aquella mañana estival. 

Por la tarde, decenas de ciudadanos acudieron a las puertas del Teatro Unión Jaquesa, hasta el punto de que tal aglomeración obligó a suspender una representación de ‘Fuenteovejuna’ por parte de La Barraca, grupo de teatro que el poeta dirigía. Tres años después Lorca yacía asesinado en algún lugar que, éste 25 de agosto, todavía se desconoce.

La reparación y el reconocimiento de crímenes como éste, que fue en su Granada, o la formación de la ciudadanía en las causas que los provocaron contribuyen a fortalecer la democracia. Una sociedad que desconoce su pasado es mucho más propensa a volver sobre sus pasos.

Por este motivo, cuesta entender la animadversión por parte del Partido Popular y Vox hacia la Ley de Memoria Democrática de Aragón, a cuya derogación se han comprometido. Si la norma mira al pasado, lo hace para disfrutar mañana de una democracia más sólida. Y no hay disposición en la ley que restrinja, y no maximice, los valores de pluralismo político y justicia que prescribe la Constitución. El compromiso para su derogación quizás responda a una cuestión propagandística: pero hacer política a golpe de titular, sin entrar al fondo, compromete todavía más la calidad de nuestra democracia.

Pablo Guerrero Vázquez es profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Zaragoza

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