Por
  • Alberto Jiménez Schuhmacher

Somos datos

Nuestros datos son utilizados por grandes empresas.
Nuestros datos son utilizados por grandes empresas.
Gerd Altmann

Hace unos años escuché una conversación entre Carlos López Otín y David Trueba acerca de la educación en un foro de Fundación Ibercaja. 

En un momento dado hablaron de cómo internet estaba cambiado todo. El escritor y cineasta, preocupado por la deriva de los algoritmos, bromeó diciendo que a primera hora de la mañana introducía búsquedas falsas del estilo ‘piernas ortopédicas’ o ‘pantuflas’ para volver loco a Google. Confieso que, siguiendo su consejo, a veces hago búsquedas extrañas, sobre todo cuando me bombardean con anuncios. He llegado a poner ‘abuelas comiendo chicle en Marte’ o ‘cerezas azules en patines sobre bandiblú’. No somos conscientes de la cantidad de datos que somos (y regalamos). Hace poco conversando con un amigo aprendí que los datos de los ascensores como ‘piso’, ‘peso’ y ‘hora’ ayudan a su mantenimiento, pero también permiten conocer nuestros hábitos, horarios de trabajo, si tenemos coche porque bajamos o no al garaje, cuántos vivimos en una planta, si estamos de vacaciones y muchas cosas más. Esa información puede cruzarse con otras bases de datos y permite saber a quien los maneja, aunque sea ‘grosso modo’, cuándo estamos en casa para localizarnos, llamarnos, mandarnos al cobrador del frac o seleccionar el tipo de anuncios que poner en esas pantallas que empiezan a proliferar por los ascensores. Pienso que siempre habrá un espacio para la incertidumbre, pero también que ni las abuelas censadas en Marte conocen todos los datos que regalan cada día.

Alberto Jiménez Schuhmacher es investigador ARAID en el IIS Aragón

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