Ideología 'youtuber'
El error fue lo retrógrado porque el marco ideológico se ha ganado. Me refiero a las elecciones, y a esa falta de holgura en la victoria que ahora condena al PP a una situación casi imposible para gobernar en un sistema parlamentario.
Pero lo cierto es que los partidos que defienden modelos económicos neoliberales tienen mucho terreno conquistado a los socialdemócratas y, acaso si existieran, a los comunistas. Con dos campañas electorales consecutivas este 2023 donde se ha puesto de relieve la importancia de atraer al voto joven, que no deja de ser el voto del presente pero también del futuro, es en esa franja donde progresivamente se está abriendo una brecha victoriosa el discurso del ciudadano ‘libre’.
La cuestión empezó hace algunos años, con el éxodo de ‘youtubers’ a Andorra para pagar menos impuestos. Se impuso ahí una justificación por la libertad de cada uno de residir donde considere, acompañada de una reflexión sobre lo parasitario del Estado, que ‘roba’ beneficios a esos pobres muchachos que se lo han currado para tener éxito. Ha habido honrosas excepciones como Ibai Llanos, de gran repercusión y de los pocos con conciencia para defender ante sus jóvenes seguidores la importancia de apostar por un sistema social fuerte que pague educación y sanidad; pero lo cierto es que la mayoría de estos generadores de opinión han abonado el campo del Estado anoréxico.
El discurso, como un río subterráneo que no se ve pero humedece y derrumba estructuras de base, lleva años calando en unas generaciones que por primera vez configuran su opinión del mundo bombardeados por ‘youtubers’, ‘tiktokers’, ‘twitteros’, ‘instagramers’… Los cuales, obviamente, configuran su visión de lo correcto en base a sus intereses. Una situación que explica dos cuestiones: por un lado, que el centro-derecha tiene mucho ganado para lograr una masa de nuevos votantes si huye de posiciones conservadoras en cuestiones como el género o la sexualidad. Por otra, que la izquierda, si quiere sostener su andamiaje electoral a futuro, debe atraer a creadores de contenido hacia sus postulados fiscalmente impositivos y de solidaridad estatal. El que evite entrar en ese nuevo espacio de construcción de ideologías, o lo haga tratando a la audiencia como niños, lo pagará con una desafección electoral que se acerca.
