Cuatro opciones para el gobierno de España

Combo de Pedro Sánchez, Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal
Combo de Pedro Sánchez, Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal
Agencias

Alberto Núñez Feijóo dice y repite que quiere formar, después de las elecciones del domingo, un gobierno monocolor del PP. Sus adversarios socialistas le reprochan, anticipadamente, que si gobierna lo hará con la extrema derecha, pero él insiste en que no es eso lo que quiere conseguir, y asegura que confía en que los españoles le den la oportunidad de gobernar en solitario, sin las trabas que supondría una coalición con radicales. Veremos lo que pasa.

En cambio, Pedro Sánchez reconoce explícitamente que si vuelve a formar gobierno lo hará en coalición con la extrema izquierda, igual que en 2020, solo que esta vez pactando con la más elegante Yolanda Díaz en lugar del atrabiliario Pablo Iglesias. Ese es su objetivo, un gobierno de coalición entre el PSOE y Sumar. Y tanto Sánchez como Díaz lo dejaron meridianamente claro, además de en otros momentos, en el debate a tres de este miércoles.

Por primera vez, ante unas elecciones generales un partido anuncia que su objetivo no es un gobierno monocolor, sino formar una coalición

Así pues, me parece que, en cuanto al gobierno de España, los posibles resultados de los comicios generales del 23 de julio son cuatro: un gobierno de coalición del PSOE con la extrema izquierda, que es lo que pretende Pedro Sánchez, un gobierno en solitario del PP, que es lo que pretende Alberto Núñez Feijóo, un gobierno del PP en coalición con la extrema derecha, que según cual fuera el reparto de escaños Feijóo estaría obligado a aceptar, o, si resulta imposible formar gobierno, lo que no sería raro, la repetición de las elecciones, como ya ocurrió en 2016 y en 2019. Ese es el panorama.

Naturalmente, muchos electores pueden votar al partido político que entienden que mejor representa sus ideas o sus aspiraciones, confiando en darle la mejor representación parlamentaria posible, y desentendiéndose de cómo se traducirá ese voto en la formación de gobierno.

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz han dejado claro que, si pueden, gobernarán juntos. Feijóo quiere hacerlo en solitario

Sin embargo, seguro que otros muchos tendrán en el pensamiento, antes que nada, la idea de inclinar el gobierno en la dirección que les parezca mejor, o menos mala, aunque para ello tengan que votar a una opción que no es exactamente la que más les gusta. Es el voto útil, y me parece que en esta ocasión ese razonamiento vuelve con una fuerza que no había tenido en las elecciones generales de los últimos años. Feijóo apela directamente a él, y las encuestas indican que está teniendo algún éxito.

Hay que insistir en que bien pudiera ocurrir que la decimoquinta legislatura se quedase ‘colgada’, que ni Sánchez ni Feijóo puedan, sepan o quieran –en las circunstancias con las que se encuentren– conseguir la investidura. Ya sucedió en la undécima y la decimotercera y puede repetirse. En realidad, desde las elecciones de diciembre de 2015, la política española no ha salido del marasmo en el que la metimos con nuestro voto los ciudadanos, al liquidar el bipartidismo y sustituirlo por la fragmentación: parlamentos colgados y gobiernos débiles o dependientes de opciones extremistas. ¿Habremos tenido bastante?

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Víctor Orcástegui)

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