Por
  • Eva Cosculluela

#StopCensura

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Pixabay

Sólo hace tres semanas que se constituyeron los ayuntamientos, pero en estos veintiún días se están sucediendo las cancelaciones de actos culturales en las corporaciones en las que ha entrado la ultraderecha. 

En algunos consistorios no ocultan los motivos ideológicos: es el caso de Santa Cruz de Bezana (Cantabria), donde han retirado de su cine de verano la película de dibujos animados ‘Buzz Lightyear’, donde dos mujeres se dan un beso. En otros, se disimula esgrimiendo motivos económicos, como en la cancelación en Valdemorillo (Madrid) de la representación de ‘Orlando’, de Virginia Woolf, cuya protagonista cambia de sexo. Una excusa difícil de creer, más cuando se han mantenido en el programa otras obras que cuestan más del doble y cuando al día siguiente se anunció un nuevo evento, un combate de boxeo. En Briviesca (Burgos) se ha suspendido una obra sobre un maestro republicano que quiso llevar a los chicos del pueblo a ver el mar.

Puede parecer poco importante que se cambie una película infantil o un teatro en las fiestas de un pueblo. Pero se empieza cancelando a Disney y se acaba diciéndonos qué película podemos ver, qué libros podemos leer, prohibiendo lo que no se considere adecuado y volviendo a instaurar una oficina de la censura que apruebe o prohíba las manifestaciones culturales en función de si coinciden o no con la ideología de quien gobierna. Sin cultura no hay democracia, y como ciudadanos debemos esforzarnos en protegerla: nos estaremos protegiendo nosotros.

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