Cordones sanitarios

Combo de imágenes de Santiago Abascal y Alberto Núñez-Feijóo
Combo de imágenes de Santiago Abascal y Alberto Núñez-Feijóo
Agencias

No hay nada como entrar en los gobiernos, como tocar poder, para que se moderen las ínfulas de los nuevos políticos, que llegan con ganas de cambiarlo todo. El caso más cercano lo tenemos en Podemos y sus satélites. Antes de entrar en los gobiernos iban a derribar muchas estructuras; se iban a cargar buena parte de lo que significaba la ‘vieja política’; los ‘sillones’ no importaban, etc., etc. 

La Transición del 78 y aspectos de la Constitución corrían serio peligro. Y todo iba a ser con luz y taquígrafos. Pues bien, a pesar del balance tan desastroso del periodo de gobierno que han compartido con Pedro Sánchez, su paso por el poder ha demostrado que muchos políticos se ‘domestican’, más o menos, al darse cuenta que las cosas no son tan fáciles como pensaban y, también, al comprobar, porque todo hay que decirlo, las ventajas y beneficios que se derivan de estar en puestos de mando.

A Vox le vendrá muy bien tener responsabilidades y gobernar, porque se darán cuenta de que hay que negociar para conseguir lo que uno cree que es mejor para los ciudadanos. Hay que ser conscientes de que solo las mayorías absolutas, y a veces ni aun con ellas, permiten cambios radicales. No se trata de que Vox cambie o rebaje sus ideales y principios, compartidos por una base importante del electorado. Se trata de que para conseguir cosas en política hay usar la palabra para convencer y no tensar tanto las cuerdas que al final se rompan.

Lo que es una incongruencia es querer aplicar un cordón sanitario a Vox, cordón que no se aplicó a Podemos, ni a tantos planteamientos extremistas e independentistas que participan en la vida política. Lo cordones sanitarios sí se los aplican de hecho al PP, a pesar de que junto con el PSOE son los que han tenido, y van a tener por mucho tiempo, la responsabilidad de presidir el Gobierno de España.

Al PP se lo aplican los nacionalistas y el PSOE en Cataluña y en el País Vasco, a pesar de que el PP ha apoyado con sus votos a candidatos socialistas, sin recibir muchas veces ni las gracias y sin invitarles jamás a compartir las tareas del gobierno, como sería justo. Como botón de muestra véase los casos de los ayuntamientos de Vitoria y de Barcelona, donde los concejales populares han dado los votos a los candidatos socialistas para hacerlos alcaldes, sin recibir el PP nada a cambio.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Carlos Sauras)

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