Aquel 6 de mayo
Hay un hombre en el suelo. Sal corriendo". Con estos mensajes, salí de la redacción de Heraldo aquel domingo 6 de mayo de 2001, cuando ETA asesinó al presidente del PP en Aragón, Manuel Giménez Abad, al subir por la calle Cortes de Aragón con su hijo Borja (que tenía 16 años) cuando iban a ver el partido Real Zaragoza-Numancia. Nada más llegar, avisé del atentado mortal a la redacción. 22 años después es muy difícil olvidar esa tarde.
Los terroristas asesinaron a un político tan entregado con Aragón que ya marcó la respuesta de la manifestación de más de 350.000 personas al día siguiente. Era muy difícil conocer a otro político igual en este país, por su entrega, honestidad y preparación, ya que procedía del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado.
Los etarras cometieron su atentado en Zaragoza, pero su gesto de odio era para la campaña de las elecciones del País Vasco... y se suspendieron. Los autores se disfrazaron con una peluca y se taparon con un gorro para esconder su autoría, lo que dificultó las investigaciones de las Fuerzas de Seguridad del Estado para su búsqueda. Pasadas más de dos décadas y vivido el final de ETA, la Guardia Civil y la Policía concluyeron que los autores fueron los etarras Mikel Carrera Sarobe y Miren Itxaso Zaldua, quienes se sentaron ayer como acusados e intentaron eludir la condena.
Espero que las declaraciones de los cinco testigos y del hijo del político, así como de los agentes, sirvan para fundamentar la sentencia. Así su familia podrá descansar. Sus hijos recordarán al padre que les subía al Pirineo y que les enseñó su política modélica. La Justicia espera, pero llega.
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