Otegi y el delegado

Otegi y el delegado
Otegi y el delegado
Lola García

Ay, lector infeliz, tú, que incurriste en la terca manía imaginaria de creer que el impar Arnaldo Otegi y una banda de tipos semejantes a él por su entregado patriotismo y sanguinario amor a Euskalerría mataron casi a mil conciudadanos civiles, militares y mujeres (cuarenta y cuatro fueron) niños y niñas (no menos de veinte), jóvenes, viejos, periodistas, padres, (curas ninguno, no la fastidiemos) empleados, patronos, concejales, políticos de izquierdas y derechas, guardias civiles, policías, pobres, ricos, o jubilados, o donnadies.

Tú, lector distraído, que llegaste a contar atentados incesantes de la gente de Arnaldo hasta sumarse más de tres mil quinientos.

Lector que, despistado por tus cuentas de secuestrados, huérfanos y heridos sobrepasando siete mil en mucho, no habías reparado en lo evidente hasta que un delegado avizorante de la realidad más verdadera (esa que esconde su huidizo rostro al común de las gentes de la calle) ha explicado que a Otegi debe España la salvación de miles de sus hijos. A él y a los los suyos, honra de lo humano.

Sin el pacto entre Bildu y la Moncloa no hubiera habido semejante cosa. Sin él hubieran perecido tantos que serían millares. Ni uno menos.

El delegado

Se llama ‘Fran’ Martín el analista, ingeniero de montes que por años sirvió en Moncloa al presidente Sánchez. Era cabeza del organigrama que le prestaba apoyo en el palacio. Y, aun antes que eso, fue un fiel mesnadero de este doctor famoso por su tesis.

Dice que Bildu –mixtura de partidos en que el etarra y batasuno Arnaldo marca el compás y lleva la batuta– "ha hecho más por España" que ciertos "patrioteros de pulsera" a quienes no nombró (ni falta hacía: los hay que los apuntan con el dedo).

De Otegi y sus restantes camaradas le parece supuesta solamente la enemistad que gritan contra España: "Miles de vidas son de ciudadanos las que esta gente amiga ha preservado". "A ellos se debe que, en plena pandemia, pudiese España mantenerse a salvo". (Carece de importancia si esos votos fueron en realidad solo abstenciones); y –sigue– "con su ayuda pudo Sánchez remediar a los pobres por millones".

Por sincero

Unas horas después, siendo advertido de que sus frases trituraban votos –manjar más caro que el caviar iranio al anhelante garganchón de Sánchez– pidió excusas el mozo ante los medios, mas sólo a quien pudiese con sus palabras verse molestado.

Reprendido que fue por ser sincero –práctica rara en su habitual trabajo–, y enfadado al sufrir la reprimenda, no retiró lo dicho. No le pareció mal lo que enunciara con claridad enfática en el foro. Y lo calificó, además, de reflexivo ("reflexión personal", así lo dijo).

Rezongó un digodiego a duras penas y, sin cortarse ni un mero cabello, incontinenti dijo que la culpa la tuvo la derecha, insolidaria y desleal cual suele.

El delegado del Gobierno en Madrid, tras elogiar el papel de Bildu en el salvamento de miles de vidas españolas y en el alivio de la pobreza, no se desdice de su aserto

Profeta Otegi

Muy pocas fechas antes narró Arnaldo, como profetizando al ingeniero delegado en Madrid del Doctor Sánchez –y en interés de la verdad desnuda que este sujeto emplea cuando quiere, si ve que le conviene ser sincero para sacar provecho en un negocio– que llevan años trabajando juntos. No uno, o dos o tres, sino más tiempo. Y explicó dónde y cómo: con su apoyo gobiernan los sanchistas en Navarra y reforman el fisco guipuzcoano. Y esas mismas ayudas ya sirvieron para tener la vara de Pamplona (Iruña, como él dice astutamente). ¿De civilizaciones la alianza?

Una tras otra

Para el sanchismo están las cosas claras: hay que arrumbar promesas anteriores que han quedado anticuadas, obsoletas. Son los sillones los que más importan y los escaños parecidamente. Merece, pues, la pena algún olvido de promesas pasadas como estas que formuló el doctor y presidente y cuyo eco aún no se ha extinguido: "No vamos a pactar nada con Bildu. Si quiere usted, lo digo veinte veces". O así, también: "Con Bildu, lo aseguro, no acordaremos nada, tome nota".

Algunos, en efecto, la tomaron y no lo olvidarán tan fácilmente. Si unos le dan su voto hipnotizados por ser maestro del birlibirloque, otros más se opondrán por igual causa. Sánchez, lo mismo que su delegado, cuando apuran sus horas a la espera del ya inminente, próximo comicio, calcula si el votante hará una lista de tanta oferta rota en estos años: rebelión, sedición, malversaciones, indultos, los insomnios con Podemos, nada con Bildu, nada en absoluto.

El 23 de julio son las cuentas. Y, si salen rentables las mentiras, no será ya por culpa de quien miente, sino de quien le cree cada una y le sigue aplaudiendo boquiabierto. Cuida, lector, tu voto: es muy valioso.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Guillermo Fatás)

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