Por
  • Ricardo Díez Pellejero

Qué será ‘estro’

Qué será 'estro'
Qué será 'estro'
Pixabay

No sé cómo les irá a ustedes, pero a mí me tienen devorado los mosquitos, la mosca negra y todos sus compinches. Me empeño –de forma claramente inocente– en disfrutar de mangas y perneras cortas para su deleite y, como consecuencia, les escribo entre el prurito y la rojez, por un lado, y el alivio del rascado y la crema calmante por doquier. 

En estas andaba, cuando me ha llegado el ‘estro’: la inspiración ardiente del poeta, porque estro –como no podría ser de otro modo– se deriva del ‘oîstros’, que era el ‘tábano’ con el que los griegos alegóricamente designaban al brote de delirio (profético o poético) comparable a la locura de la bestia desbocada tras la picadura del sediento díptero. 

Sé que es un mal que aqueja a muchos y desde siempre, ya que al mismísimo Quevedo le inspiró el mosquito trompetero al que ensalzaba en su soneto "Ministril de las ronchas y picadas, / Mosquito postillón, Mosca barbero, / Hecho me tienes el testuz harnero / Y deshecha la cara a manotadas".

Nuestros coetáneos tampoco se libran de sentir su estro, y como prueba les quería referir dos breves poemarios de otros detractores del toronjil o citronela, cuyas relecturas me han distraído de la incipiente desazón. El picor de David Trashumante en su ‘Hikikomori’, término nipón que designa al trastorno consistente en enrocarse en una habitación prolongadamente, se deriva del comezón del confinamiento que nos atormentó a todos durante meses, y se plasma en una colección de ‘haikus’ que pretenden "callar, tachar, cerrar y desechar», del que les copio: "Zumbido eléctrico / bombilla que es cigarra / del confinado", donde se palpa el revoloteo de su tábano. 

El otro escozor es del malagueño Agustín Porras quien, en su ‘La tarea del poeta’, glosa los versos de su desaparecido compadre Ángel Guinda y, de una forma personal e íntima, dialoga con el amigo ausente con el que compartió tanto. En él nos advierte que "las palabras del poema / son la respuesta generosa / que la vida siempre nos ofrece / al dialogar con ella sin miedo, / y el valor de su discurso dependerá / del grado de pasión y lucidez / con que hayamos formulado / cada una de nuestras preguntas". De momento me quedo rascando y preguntándome, ¿qué será estro?

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