¡Muera Periferias!
El miércoles, en la plaza de San Bruno, con los intérpretes maravillados por el entorno, por la ciudad que habían tenido oportunidad de descubrir, por el juego de sus propias sombras en los muros de la Seo, la música delicada y a ratos melancólica del escocés James Yorkston y la sueca (exvocalista de The Cardigans) Nina Persson hacía magia para unos cuantos cientos de personas en la noche de Zaragoza. Otra sesión exitosa en lo artístico y en asistencia del ciclo municipal ‘Música al raso’.
En los corrillos, antes y después del concierto, asomaba la inquietud por el futuro de las programaciones culturales públicas que se salen del carril. Hay motivo. Tras la pasada campaña electoral de naderías, habrá que formar gobiernos y pronto tocará gestionar, y en la cultura, esa ‘maría’ en la que, no obstante, se libran algunas de las principales batallas simbólicas, los ‘socios preferentes’ empiezan a asomar la patita.
En Huesca han lanzado su primera propuesta, tan ‘ilusionante’ como cargarse Periferias, emblema de la contemporaneidad en dicha ciudad y en todo Aragón, una de las mejores ideas aquí nacidas, festival originalísimo en su concepción, que ha regalado durante todo el siglo momentos muy especiales de celebración, reflexión, debate, placer estético, además de servir de semillero para artistas y proyectos. Vox interpreta que «solo sirve para regar a culturetas progres con cientos de miles de euros» y advierte de que «quien quiera gobernar con nosotros deberá ponerle fin a este despilfarro».
Este razonamiento sitúa en una trinchera enemiga a músicos, cineastas, artistas plásticos, escritores, coreógrafos y bailarines, compañías de teatro, diseñadores gráficos o de moda, humoristas, filósofos… (todos estos ‘palos’ ha tocado en Periferias en su historia, con nombres propios muy relevantes en España y a nivel internacional). Los coloca enfrente, en una posición de combate que quizás estimule la creación pero que hoy puede ser demoledora en lo personal para unos trabajadores, verdaderamente esenciales, que llevan demasiado tiempo asomados al abismo de la supervivencia.
