Director de HERALDO DE ARAGÓN

Sin improvisaciones

El presidente del Gobierno anuncia desde la Moncloa el adelanto de las elecciones.
El presidente del Gobierno anuncia desde la Moncloa el adelanto de las elecciones.
Borja Puig de la Bellacasa / Efe

Revestido por el ropaje de la escrupulosidad, Pedro Sánchez adelantó ayer la convocatoria de las generales

Nada que objetar si la decisión responde al riesgo de deterioro democrático que implica saberse presidente sin el respaldo de una mayoría suficiente, aunque sí mucho sobre lo que interrogarse si lo que se activa es una estrategia de supervivencia.

La repentina cita con las urnas, en pleno verano (23 de julio), solo se comprende bajo el deseo de beneficiarse de una más que presumible desmovilización. Con media España de vacaciones y la otra media con la cabeza alejada de la lucha electoral, el giro presidencial busca detener o, al menos, ralentizar una corriente de cambio que se activó el domingo. Sin tensión electoral y administrando el ritmo de una contienda de perfil plebiscitario, el presidente planteará un enfrentamiento político entre dos modelos: el suyo propio, el del PSOE, y el que ofrece el PP, sobre el que buscará fijar una dependencia indisoluble de Vox. Serán unas generales en las que se avivará el miedo al ‘dóberman’ y en las que la activación del voto útil apostará por una concentración de la izquierda en beneficio del PSOE como mejor fórmula para frenar a la derecha. Porque este anuncio, que resulta inesperado pero que carece de improvisación alguna, también ha pillado a contrapié a Yolanda Díaz y a Sumar, que a toda prisa busca un entendimiento con un Podemos desorientado tras la sacudida de las autonómicas y municipales.

Si Díaz se verá obligada a correr para dar forma a su alternativa, Alberto Núñez Feijóo apostará por congelar los tiempos, por eludir cualquier fotografía con Vox que exija una mínima explicación o que establezca una tendencia nacional de pactos. Aceptando que la constitución de los ayuntamientos tiene fijada, sin oportunidad de demora, la fecha del 17 de junio, lo que a buen seguro se retrasará será la formalización del gobierno regional, que puede irse sin problemas hasta después de las generales.

Con este adelanto electoral Sánchez retoma un cierto control sobre el discurso político, a la vez que se esfuerza por detener una sangría de votos que hubiera dejado al partido en diciembre en situación de indigencia. Si la pregunta más veces formulada entre el socialismo antes de la comparecencia de Sánchez era cómo se iba a aguantar tantos meses, tras sus palabras se descubre una estrategia que se torna en posibilidad (remota) y que también frena las voces críticas que se escuchaban en el PSOE.

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