Director de HERALDO DE ARAGÓN

Teruel y Huesca

Teruel y Huesca
Teruel y Huesca
POL

Poco se escucha estos días de aquellas reflexiones que introdujeron el debate sobre la necesidad de acortar las campañas electorales. 

Debían de ser tiempos de mayor saturación o de menor preocupación por los resultados -nada que ver con el momento presente-, porque a fecha de hoy la duración de la campaña no es motivo de conflicto. Sí se habla de la convivencia con una contienda crispada, al igual que se insiste en advertir de lo apretado de unos resultados que en Aragón decidirán entre la continuidad o el final de un ciclo político. Tan ajustada será la victoria para cualquiera de los dos bloques que la Comunidad ha cobrado una importancia estratégica en el mapa nacional. Hasta Aragón vendrán los líderes de los principales partidos, seguros de que mantener o hacerse con el Pignatelli puede definir el pulso de la política hasta las generales. En Aragón, además del reparto del poder territorial, entendido desde la fortaleza que concede a socialistas y populares contar con una baronía que busca ser escuchada en Madrid, está en juego la reorganización de los pesos e influencias de las tres provincias y la adjudicación del papel intermedio de la bisagra.

Las encuestas, que aparte del olfato político son lo único que permite construir las impresiones de esta recién inaugurada campaña, se mueven y apuntan hacia un creciente protagonismo de Teruel Existe, que estaría aumentando su peso e influencia gracias a los indecisos y a los abstencionistas, hasta la fecha relativamente distantes respecto a estas elecciones. Teruel ganaría en relevancia y registraría un mayor grado de movilización que Huesca y Zaragoza, siendo la provincia donde más alta sería la participación. La formación de Tomás Guitarte, que seduce mayoritariamente a los turolenses menores de 45 años, comienza a adquirir el protagonismo que otorga saberse el partido que puede dar o quitar una mayoría.

Los sondeos apuntan a que el PP ganará las elecciones, pero tanto la izquierda como la derecha también saben que la noche del 28 de mayo habrán de dejar paso a sus respectivas fontanerías. PSOE y PP, que llevan meses buscando el punto de enganche y seducción con Guitarte, trabajan en el verosímil escenario de que haya que ceder, y mucho, para que Teruel Existe acceda a conceder la estabilidad que necesitan para alcanzar el Pignatelli.

En esta campaña Teruel gana en relevancia, y lo hace desde una fortaleza y una atención inusuales, a los que la política autonómica no está acostumbrada. En unas elecciones donde cobran importancia los decimales, también crece en relevancia Huesca. Aunque la dinámica de la política autonómica se muestra desentrenada cuando deja de pensar en Zaragoza, Huesca, bastión del PSOE, adquiere un protagonismo singular. El significado que tiene la provincia para los socialistas -en las pasadas nacionales Huesca fue, junto a Huelva, una de las dos únicas provincias donde el PSOE mejoró sus resultados- lo ha comprendido a la perfección el PP, que busca un arañazo que pueda desequilibrar a Javier Lambán.

Si en algo existe consenso, también a este se suma el CIS de Tezanos, es en que los pactos serán obligados. Acuerdos que deberán venir acompañados de la imprescindible pedagogía para que, sean cuales sean las partes que terminen por conectar, posean la legitimidad extra que concede un argumentario que soporte una sólida explicación. La estabilidad requiere que lo que se acuerde se traslade sin demasiadas vueltas.

miturbe@heraldo.es

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos en HERALDO por Mikel Iturbe)

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