Por
  • Iñaki Alvo

La última batalla del PAR

La última batalla del PAR
La última batalla del PAR
Heraldo

Hace tiempo que no escribo tribunas ni estoy en primera fila política, pero la situación del Partido Aragonés requiere posicionarse, así que voy a contar mi historia en el PAR.

Me afilié al Rolde con 15 años y al PAR con 18, en cuanto pude legalmente. Mis padres, Javier y Mari Carmen, fueron dos de los fundadores de aquella Candidatura Aragonesa Independiente de Centro que fue el germen y origen del PAR. Y el salón de casa de mis padres, en el paseo de la Constitución, fue la primera sede que tuvo el partido, antes de la sede de Sagasta, 20. Durante esos primeros años fui secretario general del Rolde Choben y después presidente. Pasamos de veinte jóvenes menores de 25 años a trescientos cuando dejé el cargo. Manolo Escolá, que había sido mi mano derecha y que me sucedió, llevó al Rolde hasta los ochocientos miembros. Teníamos más jóvenes en el Rolde que entre todas las demás juventudes de partidos políticos en Aragón.

En esos años también era miembro del Comité Nacional presidido por Hipólito Gómez de las Roces. Y aprendí a admirar profundamente a personas como Hipólito, Isaías Zarazaga o Emilio Eiroa. Aprendí un tipo de política que no se estila, donde había que rogar para que las personas fueran candidatos, porque querían apoyar pero no figurar.

El PAR era una gran familia y todo se hacía entre todos. Era la militancia la que pegaba carteles o buzoneaba sin que nadie cobrara, se iba a los pueblos pagándose cada uno su gasolina y cuando había una fiesta, todos llevaban su tortilla de patata o chistorra. También acompañé a mis padres –mi madre nunca se separaba de mi padre– a muchos pueblos donde, después del mitin o la reunión, siempre acabábamos cenando en la bodega de algún militante, donde nunca faltaban las jotas y el vino tinto.

Esos buenos tiempos dieron paso a otros peores donde todo se profesionalizó más y los militantes empezamos a contar menos. También empezaron a llegar políticos profesionales o que aspiraban a serlo, a vivir de la política. Pero sin duda esta parte de la historia es más conocida.

Durante estos 45 años del PAR ha habido aciertos y errores, pero sigo creyendo que el PAR es necesario y que el Aragón reciente no se entendería sin el PAR. Se nos acusaba de no haber conseguido más... cuando eran el PSOE y el PP los que votaban en Madrid en contra de los intereses de Aragón.

El PAR, sin cuya acción política no se entendería la historia de Aragón en los últimos decenios libra ahora una batalla frente a quienes quieren destruirlo

El PAR no es solo el partido que ha parado varios trasvases y que impulsó el Pacto del Agua, que entre el PSOE y el PP han dejado morir a base de no asignarle ni ejecutar presupuestos. El PAR es el partido que ha dado estabilidad y moderación en Aragón, que consiguió del PSOE el apoyo a la educación concertada, que saliera adelante la Universidad San Jorge y que ha apoyado numerosos proyectos en el territorio para intentar reequilibrar esta tierra.

Sin embargo, esta historia de 45 años puede llegar pronto a su fin. Algunos de los que más se han aprovechado del PAR y que deberían estar agradecidos se han dedicado a conspirar en las sombras. Una vez que han perdido el poder intentan destruir el PAR para vender sus trozos al mejor postor a cambio de unos cuantos puestos políticos. Personalmente, me arrepiento profundamente de haberles apoyado; han demostrado ser indignos de ese apoyo.

La situación del PAR es crítica. Seguimos en el partido la vieja infantería, la militancia de toda la vida, el ‘Rolde Biello’ y, curiosamente, algunos jóvenes que se están acercando ahora al partido, pero los chatarreros que quieren vender al PAR por piezas siguen conspirando y poniendo zancadillas para conseguir sus puestos políticos. La Historia les juzgará y no será amable con ellos.

Ahora depende de los aragoneses si quieren que el PAR sobreviva, si quieren tener un partido a su servicio, o si prefieren apoyar a aquellos que han conspirado para destruirlo.

Esta puede ser la última batalla del PAR. El grupo de militantes que queremos salvar al PAR nos vamos a dejar la piel, pero la última palabra la tendrán –como siempre– los aragoneses.

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