En los antiguos depósitos de agua del parque Pignatelli de Zaragoza revive la extraordinaria riqueza artística del monasterio de Sijena a través del proyecto del astrofísico aragonés Juan Naya.

 La muestra ‘Sijena mágica. El sueño hecho realidad’ se apoya en la realidad virtual para mostrar la extraordinaria belleza del cenobio antes de que sus pinturas murales fueran salvajemente quemadas en 1936. El resto de la triste historia es conocido: con el pretexto de salvar este patrimonio, las pinturas que sobrevivieron a la quema fueron trasladas a Barcelona. Allí permanecen retenidas, como joya del Museo Nacional de Arte de Cataluña. El otro sueño de Sijena, el que persigue Aragón con tenacidad desde hace décadas, es que las pinturas que exornaron la sala capitular del monasterio durante siglos vuelvan a su lugar. Estudiosos, clérigos, juristas, políticos, gentes de los Monegros y de Villanueva de Sijena, los aragoneses en su conjunto llevan importantes hitos ganados en este camino. A la espera de que la sentencia judicial que ordenó su vuelta sea ratificada por el Tribunal Supremo, el Gobierno de Aragón celebró este miércoles solemnemente la apertura del Año Sijena, que va a conmemorar el centenario de la declaración del monasterio como Monumento Nacional en 1923. Una figura que ha sido clave en los litigios que han permitido la devolución a Aragón, en 2016 y 2017, de 96 piezas retenidas en Cataluña. Cada vez esta más cerca que el sueño colectivo de Sijena se haga realidad, y culmine una emocionante y justa recuperación patrimonial.