Por
  • Manuel de Miguel

La ortografía en portada

El director de la RAE, Santiago Muñoz, y la directora de la 24ª edición del Diccionario de la Lengua Española, Paz Battaner, este martes.
El director de la RAE, Santiago Muñoz, y Paz Battaner.
Javier Lizón/EFE

En tiempos de polarización y enconamiento político, resulta fantástico que otras dos Españas se hayan enfrentado en los últimos días por una discusión cultural, y también sentimental, por algo tan diminuto como una tilde. ¿Se debe acentuar el adverbio ‘sólo’?

Lamento que ninguna plataforma ni ‘streaming’ emitiera el último pleno de la Real Academia Española. A su término el presidente convocó una inusual rueda de prensa ante tamaña expectación. Docenas de periodistas y cámaras, portadas esperando la resolución de una cuestión de ortografía. Espadas en alto empuñadas por los dos bandos de la RAE: lingüistas tecnócratas contra escritores artistas. "No ha habido vencedores ni vencidos y todos nos encontramos sanos y salvos" señaló divertido Muñoz Machado al anunciar el acuerdo unánime.

La disputa se abrió en 2010 cuando la nueva Ortografía desaconsejó en cualquier caso la tilde en ‘solo’. En 2014 al añorado David Gistau el corrector del ‘ABC’ le quitó la virgulilla y respondió con un recordado artículo. "De todas las criaturas en peligro de extinción, la que menos compasión inspira es la tilde diacrítica", y a quienes argumentan que por el contexto se puede deducir el sentido de la frase rebatió, "estaré solo hasta las tres ¡desambigüadme esto, criminales! Necesitáis un contexto ¿verdad?… pues no hay contexto, hala. Os quedaréis sin saber si me iré a las tres o si permaneceré sin compañía hasta entonces".

Otro columnista, Jorge Bustos, ha lamentado esta semana el indulto a la tilde. Escribe que lo discutía con su director, quien le lanzaba la frase: "Esta noche tuve sexo solo dos veces" con una diferencia significativa si es adverbio o adjetivo. Aun así el periodista opina que "la tilde en solo es un capricho rococó, un dosel cursi".

La RAE permite ya acentuar "a juicio del que escribe", así que la contienda se inclinó para el bando liderado por Pérez Reverte y sus tuits guerreros. En realidad nunca ha sido obligatorio tildar el adverbio, aunque así nos lo imponían a los alumnos de hace décadas, ni tampoco ahora estaba prohibido sin excepción. Da lo mismo, el debate ha sido genial.

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