Adjunto a la Dirección de HERALDO DE ARAGÓN

Genios de la luz

Exposición sobre Carlos Saura en el CDAN de Huesca, en 2007.
Exposición sobre Carlos Saura en el CDAN de Huesca, en 2007.
Alameda Pérez / HERALDO

Aragón no solo se explica por el derecho, la geografía o la historia, también lo hace por la luz y la fotografía a ella asociada. Algunos de sus hijos más geniales brillan precisamente por haber fijado la vida en imágenes eternas.

Goya fue un adelantado que no solo retrató en sus pinturas las costumbres del pueblo español y la vida de la corte a finales del siglo XVIII y principios del XIX, sino que dibujó la condición humana con una profundidad que le hace intemporal y universal. Millones de personas llegadas de todo el mundo hasta el Museo del Prado quedan atrapadas cada año por la luz del farol que ilumina el sobrecogedor cuadro de ‘Los fusilamientos del 3 de mayo’.

Con Luis Buñuel la luz sale del lienzo y se deposita en el celuloide. La imagen fotográfica de una navaja seccionando el ojo de una mujer, en ‘Un perro andaluz’ (1929), ha sido, es y será una de las más impactantes de la historia del cine.

Del surrealismo buñuelesco al informalismo de Antonio Saura, la luz del pintor oscense se convierte en damas, en retratos imaginarios (inolvidable el del Quijote) y en multitudes. Con la obra de su hermano Carlos, la fotografía del cine asciende otro peldaño hacia la gloria. Las resecas imágenes de su primera gran película, ‘La Caza’ (1966), ya remiten inexorablemente al paisaje de Fuendetodos, de Calanda y del resto de estas tierras de intensa luz árida. Discípulo confeso de Goya y Buñuel, Carlos Saura ha alumbrado imágenes imperecederas que le vinculan para siempre a sus maestros.

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