Las cuentas de la DGA

El informe de la Cámara de Cuentas de Aragón, órgano fiscalizador de la cuenta general de la DGA, hecho público hace unos días (HERALDO, 4 de enero) y que se refiere a los datos del ejercicio de 2021, pone de relieve algunas cuestiones cuyo conocimiento debiera ser de interés para todos los aragoneses, pues se trata, en definitiva, de cómo se manejan y administran nuestros dineros.
Y también para felicitar, en su caso, a nuestros administradores por los aciertos y las cosas bien hechas y las cuentas bien llevadas o para señalar las deficiencias de mala gestión que se hayan podido producir. En este último sentido son varias e importantes las advertencias y salvedades que la Cámara de Cuentas formula al ejecutivo aragonés y que, es de esperar, se tomen en consideración para su debida corrección.
La advertencia principal, a mi juicio, tiene que ver con el elevado endeudamiento de nuestra Comunidad, que asciende según el informe a 9.060 millones de euros, 6.891 euros por habitante, cantidad que debemos cada uno de nosotros sin tener en cuenta la carga que adicionalmente debemos soportar a consecuencia de la enorme deuda del Estado español, una de las más elevadas del mundo, y que nada menos asciende a unos 30.000 euros por habitante. Por eso advierte la Cámara de la necesidad de una consolidación fiscal, en evitación de tener que aplazar más la devolución de la deuda y trasladarla a las generaciones futuras. Deuda sujeta, por otra parte, a las oscilaciones de los tipos de interés, ahora al alza, por lo que el servicio de la deuda va a afectar negativamente a los presupuestos al tener que pagar más altos intereses por su refinanciación. Y en detrimento de la inversión, cuyo mínimo también señala el citado informe.
y salvedades a las que el Gobierno de Aragón debiera estar muy atento
para mejorar la gestión que hace del dinero de todos los aragoneses
Otra cuestión son las salvedades que se indican, y que muestran un cierto desorden en el control y la gestión contable: 53 millones en gastos de personal no reconocidos; aumento en la cifra de facturas pendientes de pago, incumplimiento normativo sobre empleo público, gastos por 255 millones sin seguir los procedimientos, omisiones y errores en la información aportada por la DGA a la Cámara, irregularidades en las subvenciones y el hecho de que la cifra del patrimonio neto no refleja la imagen fiel por las incorrecciones detectadas en la gestión del inventario contable y las amortizaciones.
De alguna manera le han sacado los colores a la DGA por su forma de gestionar las cuentas, y hay cantidades de importancia sobre las que convendría tener alguna explicación. Creo que los aragoneses la merecemos y creo también que nuestro Gobierno debe darnos una información completa, clara y transparente. Y desde luego acometer de inmediato las medidas necesarias para que nadie pueda siquiera sospechar que nuestras cuentas públicas contienen alguna o muchas chapuzas.
Esperemos que el próximo informe de la Cámara relativo al 2022 contenga menos advertencias y salvedades. Será una buena señal de que las cosas se están haciendo mejor. Como debe ser.