Opinión
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Jefe de Economía de HERALDO DE ARAGÓN

El ‘boom’ del hidrógeno

Será una energía fundamental en la descarbonización
Será una energía fundamental en la descarbonización

Ha tardado en llegar respecto a lo previsto por sus más acérrimos defensores, pero ahora todas las compañías energéticas intentan hacerse un hueco en H2. Hay anuncios de inversiones millonarias. Aragón se ha posicionado, pero también otras comunidades.

El hidrógeno está de moda. El Pacto Verde Europeo apoya su desarrollo como vector energético y se preparan cantidades económicas multimillonarias con fondos europeos Next Generation para poner en marcha megaproyectos en todas partes. Se habla ya de una batalla empresarial en la que participan todas las grandes empresas del sector: Endesa, Iberdrola, Naturgy, RWE, Repsol, Acciona... Hay mucho dinero en juego. La clase política está también muy implicada.

Años han pasado ya –unos 20– desde aquel libro de Jeremy Rifkin ‘La economía del hidrógeno’, en el que se hacía hincapié en la creciente apuesta de los grandes fabricantes de automóviles por promover la circulación de vehículos propulsados por pilas de combustible, un síntoma de que el futuro de la industria estaba en el H2. Asesor del Gobierno de Bill Clinton en Estados Unidos y colaborador en su momento de un grupo especial del Parlamento Europeo para estudiar la economía del hidrógeno, Rifkin defendió en una entrevista con HERALDO en 2006 que la tercera revolución industrial se basaría en el impulso de este vector energético.

Rifkin había visitado entonces la sede de la Fundación del Hidrógeno en Aragón en Walqa, en Huesca, y estaba entusiasmado. «Lo que he visto aquí y lo que me han dicho me permite asegurar que en sitios como éste comienza esa revolución industrial. Un parque tecnológico, el campo, energía del viento que permitirá generar hidrógeno, la biomasa... Este es el sitio ideal. Yo viajo mucho, y le puedo asegurar que este es el primer parque tecnológico que veo que podrá ser autosuficiente energéticamente hablando, con una apuesta fuerte por el hidrógeno», dijo a este diario. En 2007, Rifkin recibió el Premio Aragón Internacional 2007 concedido por el Ejecutivo autonómico.

Con Arturo Aliaga al frente, esta Comunidad fue pionera en España en articular acciones encaminadas a favorecer la economía del hidrógeno. La mera existencia de la fundación, creada en 2003, apunta en ese sentido. El apoyo de centros tecnológicos y de un buen número de empresas con sede en la región, entre ellas aquellas que se han hecho fuertes en I+D+i y lo han hecho notar en el mercado, como el grupo Calvera, han fortalecido el posicionamiento de Aragón como referente en H2. Pero eso hoy no es suficiente para llevarse el gato al agua cuando hablamos de inversiones potentes. Galicia, Andalucía o Castilla-La Mancha han desplegado sus herramientas de seducción para que las grandes firmas energéticas lleven adelante proyectos en sus territorios. Y cuando hay política de por medio, ya se sabe lo que puede ocurrir, como bien sabemos con casos como el de la adjudicación de la gigafactoría de baterías del grupo Volkswagen a Valencia.

El empresario andaluz Felipe Benjumea acaba de reaparecer en la escena empresarial después de su polémica salida de Abengoa promocionando su empresa H2B2 Electrolysis Technologies (H2B2), pionera en el negocio del hidrógeno, anunciando un acuerdo para fusionarse con la Spac de Riverside RMG Acquisition Corporation III (RMG) y cotizar en el Nasdaq, el índice bursátil de empresas tecnológicas de Estados Unidos.

En un contexto con muchos frentes abiertos y con tantos actores en pugna, fundamentalmente empresas y políticos, el futuro de iniciativas relacionadas con el hidrógeno –en especial del verde, el que se genera con renovables– es hoy una incógnita. Del protagonismo del H2 en el mundo energético del futuro ya no hay dudas. Pero no sabemos aún cómo será.

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