La temporada turística de la nieve empieza en Aragón en tiempo y forma, al menos en el Pirineo central, porque las primeras nevadas han permitido abrir el dominio conjunto 100K Astún-Candanchú y las estaciones de Formigal y Panticosa justo en el inicio del macropuente festivo de la Constitución y de la Inmaculada. 

La previsión es que pronto se les una Cerler, mientras que los dos centros invernales de Teruel (Javalambre y Valdelinares) aún tendrán que esperar porque de momento no pueden cumplir con unos estándares mínimos de calidad para la práctica del esquí. Un buen arranque de la campaña de los deportes de invierno es fundamental para que varias comarcas de Huesca y Teruel puedan aminorar los rigores impuestos por la elevada inflación y el temor a una posible crisis a comienzos del próximo año.

La animación que se empieza a vivir en algunos de los centros turísticos en el arranque del puente festivo tendría que ser el preludio, si las nevadas llegan con más intensidad a las cordilleras, de una buena campaña. Lo cierto es que Aragón inicia con buenas sensaciones una temporada que se alargará hasta abril, siempre que haya nieve. Ahora hace falta que se reitere la amplia presencia de esquiadores de otras autonomías confirmando que la Comunidad es un referente del turismo de nieve en España.

El incremento de la superficie esquiable y su conexión, siempre dentro del respeto a las normas medioambientales, se hacen imprescindibles para que los centros invernales aragoneses puedan competir con las estaciones emplazadas en Cataluña, Madrid y Andorra. La nieve es motor de desarrollo en unas comarcas que están superando el proceso de despoblación rural. El turismo de nieve es, asimismo, un apartado relevante para la economía regional por el dinamismo económico-social que genera.