Opinión
Suscríbete
Por
  • Víctor Juan

Conquistar la mirada

Conquistar la mirada
Conquistar la mirada
Pixabay

Me gusta mi oficio. 

Pongo mucho empeño en no ejercerlo como el sacristán reza sus rezos, que escribió León Felipe. Mantengo la ilusión intacta, aunque hace 36 años que empecé a dictar dictados, los últimos 24 en la antigua Escuela de Magisterio de Huesca, en las mismas aulas en las que daba sus clases Ramón Acín. Han tenido que pasar más de tres décadas y media para que yo sea consciente de que una de las tareas más necesarias y más difíciles que hemos de afrontar los maestros es, precisamente, conquistar la mirada de nuestros alumnos. Y esto solo ocurre cuando se sienten seguros mirándonos cuando los miramos. Sostener la mirada implica confianza, complicidad y voluntad de entendimiento. Cuando yo era niño, en aquel tiempo tan feliz y, por tantas cosas, injusto, se nos decía que quien no mantenía la mirada tenía algo que ocultar. Y era falso, claro. Las miradas hay que merecerlas. Y este curso, hace apenas unas semanas, he descubierto que mis alumnos empiezan a sostenerme la mirada, que no mueven ligeramente la cabeza cuando mis ojos buscan los suyos queriendo encontrar la complicidad necesaria para seguir exponiendo unas ideas. La mayor parte de los estudiantes ya me miran cuando los miro y si bromeo, incluso sonríen. Este inesperado descubrimiento me ha hecho, qué quieren que les diga, muy feliz. Por eso, por regalarme sus miradas mientras recorríamos juntos dos siglos de historia de la educación, quiero darles las gracias a esos jóvenes revolucionarios que pretenden cambiar el mundo desde la escuela.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión