Redactor de la sección de Cultura y columnista en HERALDO DE ARAGÓN

Septiembre a todo gas

Todavía es verano pero las hojas ya amarillean y empiezan a caer.
Todavía es verano pero las hojas ya amarillean y empiezan a caer.
Juan Carlos Arcos / HERALDO

Septiembre siempre me había parecido tan inoportuno como el sonido de un secamanos en el bingo; siendo verano casi todo él, este mes nono (sí, sí, nono; el tiempo vuela y burla burlando, 2022 ya llega a su tercer tercio) llegaba a traición, con su racionalidad imperativa.

 Además, no tenía ni tiene inconveniente en negar su condición para presumir de las primeras alfombras de hojas secas en los parques, tan majicas. Te recordaba el señor Septiembre que el mundo volvía a girar como de costumbre... pero le he pillado el punto con la edad. Si se pone uno ladino, casi genio de la lámpara, se guarda días libres para marcharse cuando los demás vuelven. Buen mes para viajar, septiembre; perfecto para ponerse salmón, ir contracorriente resulta más agradable de lo normal. Por otro lado, siempre he encontrado desazón en ver cómo un vecino se pela las barbas; lo evito, y por eso no me nace ponerlas a remojo casi nunca. Que un impulso ajeno condicione mi actitud enerva esas barbas mías hasta hirsutarlas, y como ignoro a menudo el destino de Vicente, no suelo saber dónde va la gente, lo que está de moda o lo que no. Viajo en septiembre siempre que puedo, dejo la cuchilla en el neceser y acabo negando el asoleo a mi cara durante largos periodos de tiempo. Luego leo que el precio de la luz está al triple que el año pasado, que debemos alegrarnos porque aquí baja un 12% esta semana... y oye tú, que en Italia está el doble de cara que en España. No entiendo nada. Creo que ellos, los listos, tampoco comprenden gran cosa cuando hablan del tope de gas: yo solo pido ya que no se me esbafen las vacaciones.

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