Un refuerzo para la salud pública
Será una buena noticia para Aragón si finalmente -y aún faltan meses para que se tome la decisión- la Agencia Estatal de Salud Pública (Aesap), cuyo proyecto de ley aprobó ayer el Consejo de Ministros, se instala en Zaragoza.
Aparte de otras consideraciones, podría dar un nuevo impulso a la ambición de la capital aragonesa de convertirse en un nodo importante de la industria farmacéutica y sanitaria. Pero, naturalmente, lo más importante, para los aragoneses y para todos los españoles, será que ese nuevo organismo, dedicado a la preparación, prevención, detección y respuesta rápida frente a amenazas colectivas para la salud, funcione de manera eficaz e impida que la próxima pandemia, por ejemplo, nos pille tan desprevenidos y tan en mantillas como nos cogió, hace dos años y medio, la de la covid. A ese respecto, parece ser importante que revista la forma jurídica de una ‘agencia’ y no de un ‘centro’, pues dentro del complejo entramado de la Administración las agencias tienen un perfil más elevado y, sobre todo, mayor independencia. Cabe preguntarse, por otra parte, qué pasará con el actual Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, en cuyo nombre dio la cara, no siempre con acierto pero pienso que sí con coraje, el doctor Simón. Hay que suponer que la Aesap lo reemplazará y asumirá sus funciones, contando con más recursos humanos, materiales y organizativos y con más amplias competencias. De lo contrario, estaríamos ante una duplicación. En fin, falta nos hace reforzar en el sistema sanitario el frente de la ‘salud pública’.
