De las aulas a la política

Ángela Abós.
Ángela Abós.
Luis Correas / HERALDO

Cuando somos niños nos encantan los cofres de los tesoros. Al pasar los años nuestro cofre, nuestro pequeño tesoro, es nuestra memoria.

 Somos memoria y esta es compartida. Cada uno de nosotros elige su pasado y, además, tiene que decidir qué parte de su pasado desea mantener presente. Hoy necesito abrir el cofre y recordar a personas que han fallecido recientemente, con las que compartí momentos de vida, de historia.

Una de ellas es Ángela Abós. Ambas fuimos las primeras directoras provinciales de Educación. Con enorme ilusión, dejamos nuestras aulas, en 1983, tras el triunfo del PSOE. A ellas volví en 1996 con una mirada distinta, por la experiencia adquirida en mi responsabilidad política e institucional.

El primer destino de Ángela fue Jaca; el mío, Borja, donde fui directora seis años. En él trabajé, junto con un grupo de profesores, amigos desde ese momento, que sentimos que la educación posibilitaba una igualdad de oportunidades a los alumnos del medio rural. Esa misma pasión por la educación la llevábamos a nuestra responsabilidad política. Creíamos que estábamos cambiando el país para hacerlo más libre y más moderno. Nuestro propósito era conseguir una educación de calidad para todos y todas, que permitiera que cada persona pudiera desarrollar plena y libremente su proyecto vital con independencia de su situación personal, familiar o económica. Pensábamos que la educación era un servicio público, pieza clave para la cohesión social, garante de la igualdad de oportunidades y fuente de progreso y estabilidad democrática. Para posibilitarlo, era fundamental crear centros educativos en las cabeceras de comarca de Aragón y desarrollar una política de becas que permitieran un acceso masivo a la educación superior.

El ascensor social que representaron aquellos licenciados superiores para tantas familias quedó para siempre en acervo colectivo de este país. Nuestra generación compartía un deseo: cambiar una España «autoritaria, casposa y cateta» por una país abierto a Europa, nuestro referente permanente de libertad y de democracia.

No fueron años fáciles, pues era fundamental resolver el problema histórico del enfrentamiento entre los sectores privados de la educación y la educación pública. Especialmente en la ciudad de Zaragoza, por su amplio porcentaje de enseñanza religiosa. Una de las características de nuestro sistema educativo es su dualidad, la división en dos redes: la pública y la privada. Zaragoza fue de las pocas provincias españolas donde se firmaron los conciertos con acuerdo de todos los sectores de la comunidad educativa.

En mi cofre hay una persona inolvidable, Manuel Almor, desde la tolerancia, el respeto y una mutua colaboración fue posible el acuerdo. Ha muerto un hombre bueno, dialogante y cercano con el que he compartido momentos entrañables de vida y que permanecerán en el cofre de mi memoria.

Elliot dice en unos preciosos versos que en la memoria resuena el eco de nuestros pasos por un corredor que llegamos a tomar. Memoria frente a desmemoria, pues no hay diseño de futuro sin análisis de lo que aconteció en el pasado. Frente al silencio, la palabra. Frente al olvido, la palabra. Y por eso deseo que estas sirvan de reconocimiento, homenaje y recuerdo a Ángela Abós y a Manuel Almor, con los que compartí años de trabajo y de ilusión, de pasión por la educación. Con la esperanza de que el camino que hace más de treinta años abrimos siga siendo un camino abierto a un mundo de solidaridad y de igualdad.

Sí, los partidos tradicionales tienden mucho a la endogamia y a nutrirse de gente que ha hecho toda su carrera desde sus juventudes. Hay una diferencia entre lealtad y competencia, y los partidos tienden a elegir a gente que diga lo que se le pide, más que a gente que pueda pensar por su cuenta. Sería muy bueno que mucha gente pasara un tiempo por la política. Ese debe ser el modelo más deseable.

¡Qué triste está siendo este verano, cuántas personas queridas están muriendo! Hoy siento una infinita tristeza por no poder estar en nuestra ciudad y compartir con tantos amigos su despedida.

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