Nacieron en 1992, en el legendario país del Sobrarbe, con el único objetivo de hacernos felices a todos los aragoneses. 

Al principio sólo rondaron por los pueblos de la montaña, hasta que un día comenzaron a llamarlos desde los más recónditos lugares de Aragón, porque su fama se extendía sin remedio, irrefrenable. No les movía la búsqueda de esa fama, ni el dinero, ni siquiera los reconocimientos que ya comenzaban a llegarles. Sólo querían cantar y que cantáramos con ellos, transmitirnos su pasión por ese viejo Aragón suyo que se iba despoblando poco a poco, hacernos partícipes de su compromiso con un territorio milenario que necesitaba del cariño de todos para ganarse el respeto de los más indiferentes, el amor de los más descreídos, la fe en su futuro de los más incrédulos. Consiguieron con sus canciones (‘La revolandera’, ‘El país perdido’, ‘La tronada’, ‘Mermelada de moras’, ‘Habanera triste’, ‘Avispas en el cierzo’…) entrar en nuestras casas y en nuestros corazones, que los quisiéramos como se quiere por estos parajes, sin efusiones ni alharacas, y que la música popular aragonesa siguiera viva y pujante y no dejara de sonar en todas nuestras fiestas. La Ronda de Boltaña cumple 30 años y su alegría es la alegría de este "país de anochecida", de esta "pequeña nación" con "nombre de río" en la que muchos sufrimos y gozamos "en la vieja Romareda, primera línea de fuego" porque tenemos "el alma cuatribarrada y blanquillo el corazón". Que cumpláis muchos más. A mayor gloria de Aragón y para solaz y disfrute de todos.