Después de tres proyectos fallidos para que Zaragoza disponga de un nuevo campo de fútbol, finalmente la ciudad lo va a impulsar en la ubicación del actual. El pleno municipal ha avalado por amplia mayoría la construcción del nuevo estadio en La Romareda. Resulta muy alentador el gran apoyo logrado, con los votos a favor de PP, Cs, Vox y Podemos. PSOE y ZEC se han abstenido. La nota negativa ha surgido de la polémica por la decisión de la DGA de rechazar que el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, fuera el interlocutor para que Zaragoza sea una de las sedes el Mundial 2030. No obstante, la Federación Aragonesa de Fútbol ha confirmado el nombre de Serrano. El asunto de la candidatura es suficientemente relevante como para que las instituciones trabajen unidas.

El amplio acuerdo alcanzado para impulsar el nuevo estadio es la mejor garantía de que el proyecto no vuelva a naufragar. Está claro que la unidad es lo más deseable dada la trascendencia que tiene a largo plazo un equipamiento de este tipo. Los partidos deben estar a la altura de las circunstancias después de los anteriores fracasos y animados por un intenso proceso de participación de entidades ciudadanas y de expertos.

La ubicación en La Romareda cuenta con un informe técnico que garantiza que cumple con los requisitos de la FIFA para ser sede del Mundial 2030. Ahora bien, para llegar a tiempo a esa cita hay que seguir dando pasos con determinación. Ahora se abre un proceso contrarreloj para definir el proyecto y el modelo de financiación y explotación con el que dar garantías a la Federación Española de que Zaragoza puede ser sede del Mundial. Está por ver el grado de participación del Real Zaragoza y si habrá aportación de la DGA. La necesidad de contar con un estadio que esté al nivel de la quinta ciudad de España debe concitar voluntades.