Jefe de Economía de HERALDO DE ARAGÓN

Exportaciones aragonesas

Actividad en la Terminal Marítima de Zaragoza.
Actividad en la Terminal Marítima de Zaragoza.
Oliver Duch

Durante muchos años hablar de cifras de exportación aragonesas era casi lo mismo que hablar del número de vehículos que se ensamblaban en la planta de automóviles de Opel España en Figueruelas, desde 1982 en el grupo General Motors y más recientemente integrada en la compañía francesa PSA y en el consorcio Stellantis.

El hecho de que más del 90% de los coches que se producían en la factoría zaragozana se vendieran fuera de España y la escasa visión exterior de empresas aragonesas de otros sectores de actividad hacían que la automoción copara las estadísticas, mientras instituciones como la Cámara de Comercio de Zaragoza no dejaban de promover entre las pymes, fundamentalmente, un mayor alcance de miras que se tradujera en la salida a nuevos mercados de todo tipo de compañías.

De esa promoción y de la que impulsaron también otras organizaciones la conquista de consumidores de países allende los Pirineos e incluso en latitudes más lejanas ha demostrado ser asequible. Lo han constatado muchas empresas no sin dificultades, a veces también porque no ha quedado otra para sobrevivir sin dejar de evolucionar. La globalización -que ahora se cuestiona, al menos en el sentido más universal- ha impuesto políticas de apertura en todos los sectores. Entre países europeos, sin ninguna duda, pero también para empresas españolas con vocacióm comercial al otro lado del Atlántico.

Esa exigencia se puso especialmente de manifiesto tras la crisis económica y financiera de 2008 y los años que la siguieron. El desplome del mercado interno obligó a compañías de diferentes sectores y tamaños a explorar nuevos mercados para seguir adelante. La competitividad de la economía española y la aragonesa ganaron mucho con esa política.

Desde entonces, nuestras empresas compiten de tú a tú con las de otros muchos países en todas partes. A los fabricantes de coches y de las piezas para ensamblarlos se han sumado en la conquista de nuevos mercados empresas en Aragón de sectores como el agroalimentario -seguramente el que ha dado el salto más reseñable-, pero también en el ámbito de la industria textil o en el de los bienes de equipo.

La automoción sigue a la cabeza entre los sectores exportadores aragoneses, pero con un porcentaje muy inferior al de hace 15, 20 o 25 años. En 1995 representaba el 66% del total y en 2021 ya había bajado hasta el 25%. «Aun teniendo el sector del automóvil un importante volumen, su peso relativo ha bajado, lo que es ideal para una economía diversificada», apuntaba recientemente a este diario Luis Lanaspa, director general de Economía del Gobierno de Aragón.

En su último boletín de coyuntura, publicado esta semana, el Departamento de Economía de la DGA reseñaba que el impacto directo sobre la economía aragonesa de la guerra en Ucrania en comercio exterior debería ser limitado, dado que los intercambios comerciales entre Rusia y Ucrania con Aragón son de un volumen reducido, pero admitía que hay sectores o empresas concretas que pueden sufrir afecciones considerables, como el textil femenino, la automoción, los electrodomésticos o las cerámicas para los exportadores, o para los importadores de combustibles, fertilizantes, cereales, aceites vegetales y minerales.

El Ministerio de Industria y Comercio publicará hoy los datos de exportaciones del mes de mayo, después de que en abril1 se registraran 1.298,3 millones de euros, lo que supone el valor más alto de la serie histórica en el cuarto mes del año.

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