Por
  • Cartas al director

Cartas al director de HERALDO: Por favor, ¡no hablen de la vocación!

matrona
Por favor, ¡no hablen de la vocación!
Pixabay

Por favor, ¡no hablen de la vocación!

Llevamos meses oyendo hablar de la vocación y del compañerismo. 

Siempre en un contexto raro. No en conversaciones filosóficas, sino cuando reclamamos que se cubran los turnos y que estemos las imprescindibles. Llevo 27 años en la profesión de matrona. No he trabajado en otra cosa. He conocido muchísimas compañeras. Unas eran mayores cuando llegué. Habían trabajado tantísimo, habían sacado adelante situaciones tan difíciles, partos tan duros y con tan pocos recursos, que nunca les pagaremos lo que hicieron. Después estaban las que eran jóvenes matronas en los años 90. Nos enseñaron muchísimo y fueron unas compañeras estupendas en las que mirar para aprender un modelo nuevo de asistencia. Más tranquila, más personalizada seguramente. También eran unas grandes profesionales. Más adelante llegaron las matronas jóvenes, después de nosotros. Venían con ideas nuevas, llenas de ilusión, buscando un parto más natural, más respetado, con otro ritmo. Y lo que veo en todas; absolutamente en todas mis compañeras, es una vocación que se les sale por todos los poros. Mujeres y hombres con ilusión por la profesión, que a pesar del cansancio físico que es muchas veces acompañar un parto (o 2, o 9 en el turno, los que sean), se implican con sus señoras y se esfuerzan en que esa mujer y su familia se vayan felices, no solo sanos. Eso es para mí la vocación. Reempezar con ilusión cada turno. Dar más de lo que pide tu contrato. Pero lo que estamos viviendo estos meses es agotador. Turnos en los que nos falta personal cada semana. Por favor, ¡no hablen de la vocación! Trabajamos para cobrar un salario. Esto no es una orden religiosa. Es una empresa. Y como tal, hay que prever personal, material, recursos.

Lourdes García-Lisbona Iriarte. CUARTE DE HUERVA (ZARAGOZA)

Cuerpos renovados para el verano

Noches tropicales, anomalías de temperaturas y dobles sensaciones de calor. Calima y polvo del Sahara, elevada reacción anómala y desapacible inquietud por esa incomodidad. El verano comienza feroz con grados altos de temperatura y los cuerpos se quejan. Los cuerpos son la materia viva y receptiva que tenemos en sí, por el cuerpo, cabeza tronco y extremidades se mueve la mente y el espíritu. La sangre es un río que fluye por nuestras venas y arterias. El cerebro, ese desconocido, nos embauca en diferentes percepciones. ¿Qué sabemos de nuestro cuerpo, ese amigo, no tan conocido y misterioso? Anhelamos lo que no es nuestro. ¿Queremos un cuerpo excelente? ¿Nos acompleja no estar delgados? Enseñar y exhibir el cuerpo es, a veces, una osadía adolescente, otras, una provocación de nuestro mismo espejo y otras muchas veces, un exceso de calor que nos agobia a todas las edades. Según la moda generacional, algunos nos empeñamos como mínimo en una talla treinta y tantos… y en querernos parecer a las ‘top model’. Como un sueño obsesivo que puede convertirse en trastorno. Vamos construyendo una identidad propia con una madurez que se afianza, asimilando lo que somos. Esa serenidad sosegada de aceptación y adaptación que te dan los años y la experiencia. La condición humana nos impulsa a vivir la vida con bienestar y alegría. ‘Las bicicletas son para el verano’, quien pueda y quiera, que vaya a cuerpo gentil en ella y respire libremente en plena naturaleza, venerando el cuerpo que nos habla con sus avisos silenciosos y se agradece existir, sin exigir nada a cambio de otros pormenores. ¡Feliz verano 2022!

Menchu Gil Ciria. ZARAGOZA

Engaños sin fin

Nos engañaron cuando nos hicieron creer en los Reyes Magos. Siempre acertaban nuestro regalo, si dejábamos los zapatos en el balcón. Nos engañaron cuando nos dijeron que era pecado masturbarse y prohibido cometer actos impuros de palabra y pensamiento. Nos engañaron cuando nos prohibían comer carne en Cuaresma. Pescado, sí. Mas si comprabas la bula, se podía. Era cuestión de dinero. Nos engañaron cuando fuimos al servicio militar para hacernos ‘hombres’. Autoridad, subordinación, castigo, amenazas y mucha cantina. Nos engañaron cuando nos hablaron del derecho, de todos, a un trabajo y vivienda dignos. También al estudio y a las oportunidades. Nos engañaron cuando nos dijeron que todos éramos iguales ante la ley. No nos hablaron de inmunidad, ni de delitos prescritos o de errores judiciales, generalmente a favor del poder. Nos engañaron cuando nos hablaron de vencedores y vencidos después de una guerra. Nos ocultaron que siempre pierden todos. Nos ocultaron palabras de Aristóteles: «Los hombres no son por naturaleza iguales». Unos nacen para ser esclavos y otros para dominar. En próximas elecciones, y solo entonces, todos, todos, nos prometerán digna vivienda, buen trabajo, gran salario y excelente pensión. ¡Ah! Y tiempo para disfrutar. Pero, ¿y si nos vuelven a engañar?

Jesús Añaños Vinué. ZARAGOZA

Teruel y el congreso del toro de cuerda

Cómo explicar que el mismo fin de semana de los toros de cuerda hubo opositores que no encontraron sitio donde dormir, y en años anteriores se comprobó que venían con familiares que animaban la hostelería; cómo explicar que familias que venían a Dinópolis, al no encontrar donde pernoctar, decidieron no venir; cómo explicar que la empresa que hace una instalación tan delicada no sea la que la desmonté... Pues porque nadie de los reunidos para organizar el fin de semana de los toros de cuerda se percató de que también era fecha del Corpus y que el domingo por la mañana semejante instalación impediría la celebración. Se nos vendió el ‘Congreso del toro’ diciendo que el impacto económico dejaría en Teruel entre 1,2 y 1,5 millones de euros. A cambio, muchos establecimientos (no me refiero a hostelería) no se comieron un colín desde el viernes. El resultado no son solo ventas perdidas en tiendas, familias que no han visitado Dinópolis y familias y opositores que no han paseado por Teruel, sino el dinero que además nos va a costar la falta de previsión, el ansía que volvió ciegos a los que ahora no se responsabilizan. Eres aquello que haces, no aquello que dices que harás.

M.ª José Izquierdo Borao, presidenta de la Asociación de Vecinos Centro Histórico

TERUEL

Oportunidad perdida

El Centro Comarcal del Patrimonio Digital era una buena oportunidad de realizar un extenso trabajo de reproducción digital de los miles de archivos eclesiásticos, para su acceso fácil. Y digo ‘era’, puesto que la Escuela Taller Ribera Alta del Ebro cerró. Así, sin previo aviso. ¿Cómo es posible que, con la colaboración de la Universidad, la Diputación Provincial y el Arzobispado de Zaragoza, así como los ayuntamientos de la Comarca, el Instituto Aragonés de Empleo y el Fondo Social Europeo, se haya cerrado la escuela, y sus fondos se hayan eliminado de la página web, que sigue abierta pero abandonada? Es decepcionante. Una auténtica oportunidad perdida.

Arturo Agud Belles. BARCELONA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

cartas@heraldo.es

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión