¿Por qué se ha librado el Monje?

¿Por qué se ha librado el Monje?
¿Por qué se ha librado el Monje?
Lola García

En Huesca hay una Asociación de Obreros de San Pedro, un grupo de seglares que se obligan con el monumento románico, retiro y tumba de Ramiro II el Monje, fraile de vocación a quien su linaje le impuso como deber contraer matrimonio y engendrar un heredero. 

En las catedrales e iglesias notables había un clérigo ‘operarius’ que se dedicaba al cuidado de las obras del edificio. Ejercía de enlace entre la comunidad clerical, sus benefactores, los maestros de obras y la autoridad canónica. Cuando el latín perdió terreno en favor de la lengua romance, este ‘operarius’ fue llamado ‘obrero’.

Más tarde, también los huesos de Alfonso I el Batallador, hermano y predecesor de Ramiro II, fueron mudados desde la rica y acastillada abadía de Montearagón, tras un incendio. El esqueleto de Alfonso yace a pocos metros del de su hermano menor, en la capilla de San Bartolomé en San Pedro el Viejo, perla románica de la capital altoaragonesa.

Los Obreros de San Pedro han sido activistas de la conservación del edificio, cuyo claustro estaba muy expuesto a la intemperie. También el perímetro, necesitado de desahogo, ha sido mejorado por las autoridades, con las que los Obreros –los preside un arquitecto– son, a la vez que vigilantes, cooperativos.

Pesadumbre y tristeza

Celebran un acto anual en recuerdo de los reyes de la dinastía pirenaica aragonesa. Este mes ha tenido tono de desagravio, pues, según el presidente, Eduardo Cuello, se han sentido obligados a notificar a las "instancias oficiales" que consideraban innecesaria la exhumación autorizada de los restos de los reyes "para un documental televisivo", en términos que han constituido una "humillante e inexplicable exhumación en fechas recientes", causa de "sentimientos de pesadumbre y tristeza".

Cuello es de suyo comedido y por eso alarman sus palabras. No es para menos. Las "instancias oficiales" han accedido a respaldar una serie de "pruebas tóxicas, genéticas y, eventualmente, de C14, así como virtopsia", para integrarlas en un "completo informe médico y científico" de cada sujeto, lo que permitirá "saber cómo fue en el momento de su muerte, posibles enfermedades y conocerle a la perfección físicamente, sexo, talla". Ello ha requerido, dicen, "la apertura y extracción de los restos óseos del rey Alfonso I y Ramiro I (sic), que descansan en el Panteón Real del Monasterio de San Pedro el Viejo de Huesca" y su estudio ‘in situ’. Las "instancias oficiales" han permitido ese conjunto de operaciones, pero únicamente para la tumba de Alfonso I, sin que se haya explicado al público el por qué de esa autorización a medias.

Una reciente y, en apariencia, innecesaria remoción de los restos de Alfonso I el
Batallador que custodia en Huesca San Pedro el Viejo ha causado asombro y tristeza

Averiguar lo averiguado

Es llamativo que, salvo prueba en contrario, tales estudios sobre talla, sexo, edad, patología, dieta, fisiognomía, antigüedad y otras circunstancias de los reyes hermanos están hechos ya, con resultados que debieran obrar en poder del Gobierno de Aragón. ¿Por qué no usarlos? Se sortearon los problemas de la fragilidad suma de los restos óseos y se superaron obstáculos sobrevenidos, como las protecciones que antes se usaban a base de sustancias como el conocido consolidante ‘paraloid B72’. También están hechas, y espectacularmente, las virtopsias (tomografías digitales de los cráneos y otros huesos), de tal modo que pueden estudiarse sin ser exhumados de nuevo.

Puesto que el Gobierno de Aragón tiene bloqueada la edición de estos estudios, que suman muchas páginas documentadas, al menos desde 2011, el equipo multidisciplinar que dirigió la catedrática Martínez Jarreta ha ido publicando resultados parciales en lugares donde han interesado mucho. Así, en la Universidad de Oxford, cuya revista especializada, en un número del año 2017 (aparecido en 2018), ofreció un docto resumen en cuya redacción cooperaron con ella otro genetista forense de su equipo (C. Sosa); un medievalista de la Universidad de Zaragoza (C. Laliena); el especialista en genética B. Budowle, de las universidades de North Texas (Denton) y de la saudí King Abdulazid (Yedáh); y el arqueólogo R. Hedges, de la de Oxford. Claro que, si el lector no está suscrito a ‘Archaeometry’ no tendrá noticia de tales cosas. Es solo una muestra, porque hay más publicaciones internacionales que han acogido con interés partes de esta investigación multidisciplinar tan larga, costosa y depurada, cuyo centro de gravedad científica está en Aragón.

Se ignora por qué los huesos del rey Monje se han librado de la manipulación. Las "instancias oficiales" han callado sobre estos enojosos detalles. Algunos los dio, con toda crudeza, Antonio Naval (’Diario del Alto Aragón’, 10.V). Acaso no exista explicación seria. Si la hubiere, debería darse a conocer, por respeto a los ciudadanos y a vestigios históricos de tanta significación. A menos que se esté aplicando un neoconcepto orwelliano de transparencia. Podría ser.

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