Poco feliz aniversario
Lejos de cualquier análisis real de la realidad, Pedro Sánchez celebró ayer, arropado por diputados y senadores socialistas, sus cuatro años en el poder con invectivas contra el Partido Popular por sus corrupciones pasadas, presentes y futuras. Y asegurando que España cuenta hoy con "un Gobierno social ejemplar", que está ayudando a "mejorar al menos un poco la vida de la gente".
No sé si ‘la gente’ percibirá ese poco de mejora cuando va al supermercado o a la gasolinera, o cuando le llega la factura de la luz o pide cita para hacer algún trámite administrativo. Pero, descontado el autobombo rimbombante al que tan aficionado es el presidente, lo cierto es que no puede decirse que se trate de un feliz aniversario, salvo por el mero hecho de continuar, cuatro años después de aquella moción de censura, en la Moncloa; que no es poca cosa para el protagonista. Seguramente Sánchez y los suyos necesitan darse ánimos ante la cita electoral de Andalucía, donde la demoscopia anuncia –ya veremos con qué grado de acierto– una hecatombe histórica para el PSOE. No se olvide que la Junta de Andalucía estuvo presidida por socialistas, sin un momento de respiro, nada menos que durante treinta y siete años, desde 1982 hasta 2019. Quedar ahora por debajo del 30% de los votos, como pronostican algunas encuestas, supondría un tremendo fracaso y un giro capital en una región cuyo control ha sido decisivo para el PSOE. Pero ahí está Juan Manuel Moreno, que partiendo de un mal resultado no solo consiguió gobernar, sino que, sin estridencias, no ha debido de hacerlo mal del todo cuando más del 66% de los andaluces consideran buena o muy buena su gestión. Ya le gustaría a Sánchez poner un dato así en su balance.