Hormesis
Hormesis
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Si busca el término ‘hormesis’ en el Diccionario ‘on line’ de la Lengua Española de la Real Academia no lo encontrará. 

En la web, la plataforma devuelve el siguiente mensaje: "Aviso: La palabra hormesis no está en el Diccionario. La entrada que se muestra a continuación podría estar relacionada: hornear (horneáis)". Lo cual, más allá de comenzar por las tres mismas letras y terminar con dos iguales, ni por asomo está relacionado con su significado. Sin embargo, si ‘pregunta’ a Google, le llevará a una entrada de Wikipedia breve y clara, que en sus enlaces externos remite al artículo ‘Homersis defined’ firmado por Mark P. Mattson y publicado primero ‘on line’ en 2007 en la revista ‘Ageing Research Reviews’. Entonces el citado autor era responsable del Laboratorio de Neurociencias del Instituto Nacional del Envejecimiento de Estados Unidos. Ahora es profesor adjunto de Neurociencia en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins. Y ahí se abre una ventana de conocimiento interesantísima para cualquiera que tenga cierta curiosidad. El documento disponible facilitado por el autor incluye diez páginas, de ellas cuatro de texto, dos y un cuarto para las referencias y tres para tres imágenes.

En medicina, el término ‘hormesis’ se refiere a que un agente externo, como
un medicamento, puede tener un efecto beneficioso a una dosis baja y en cambio
un efecto tóxico a una dosis más alta

La sinopsis del artículo sintetiza muy bien lo que luego desarrolla. Me permito traducir las primeras líneas: "Hormesis es un término utilizado por los toxicólogos para referirse a una respuesta bifásica a la dosis de un agente ambiental que se caracteriza por una estimulación o efecto beneficioso de la dosis baja y un efecto inhibidor o tóxico de la dosis alta. En los campos de la biología y la medicina, la hormesis se define como una respuesta adaptativa de las células y los organismos a un estrés moderado (normalmente intermitente)". Y sigue, pero aquí no ha lugar repetir el contenido de manera completa. Salvo la última frase: "Una mejor comprensión de los mecanismos de la hormesis a nivel celular y molecular está conduciendo a enfoques novedosos para la prevención y el tratamiento de muchas enfermedades diferentes".

Esta conclusión va acompañada de una revisión bibliográfica donde hay horas de lecturas por hacer. Algunos artículos igualmente interesantes, como el de Calabrese y Baldwin de 2001, ‘Hormesis: una hipótesis generalizable y unificadora’, publicado en ‘Critical Reviews in Toxicology’ o el de Calabrese ‘et al.’ de 2007 ‘Terminología de la respuesta al estrés biológico: integración de los conceptos de respuesta adaptativa y estrés de precondicionamiento en un marco de dosis-respuesta hormética’ publicado en la revista ‘Toxicology and Applied Pharmacology’. Para un profano en esta materia, como es mi caso, es más que enriquecedor. Pero lo más fascinante es el párrafo final del artículo de Mattson cuando dice: "El concepto de que los fármacos ejercen sus efectos beneficiosos mediante mecanismos de acción horméticos se remonta al siglo XVI y a un químico y médico suizo llamado Paracelso que escribió: “Todas las cosas son veneno y nada es veneno, solo la dosis hace el veneno”. Este concepto se aplica ciertamente a los numerosos fármacos derivados de plantas y microorganismos, entre los que se encuentran diversos tratamientos para las infecciones, el cáncer y el dolor. Incluso los fármacos sintéticos que se cree que actúan sobre una diana molecular específica pueden ejercer efectos horméticos ‘fuera del objetivo’. […] La hormesis también está implicada en las acciones de las medicinas complementarias y alternativas, incluida la acupuntura".

Una idea que merece la pena explorar

Con esto de los ‘principios horméticos’ –que no herméticos– se abren mundos para seguir investigando, incluso respecto de la homeopatía y otros saberes. Por cierto, llegué a este asunto gracias al libro ‘Cerebro y ejercicio’ de Trejo y Sanfeliu (2020) donde, de manera sencilla, se explica la dualidad ‘hormética’ del papel del ejercicio físico en la salud. Hay un océano de investigación y lecturas sobre este tema. Si quieren entretenerse pueden continuar con ‘Lo que no mata fortalece’ publicada por López-Diazguerrero ‘et al.’ en 2013 en la ‘Gaceta Médica’ de México. ¡Igual resulta que hay que explorar más perspectivas cuando se trata de mejorar la salud!

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