Precios desbocados
El aumento de los precios de la energía se ha convertido en un lastre casi insuperable para muchas empresas, y se traslada cada día a la cesta de la compra, como muestra el incremento del IPC de febrero, que en Aragón ha sido especialmente intenso.
La Unión Europea estudia fórmulas para contener la escalada de la electricidad y el gas, pero el Gobierno español debería anticipar todas las medidas posibles porque está en juego el funcionamiento de la industria.
El sector del metal es uno de los que está sufriendo de manera más lacerante en Aragón el disparatado coste de la energía. La patronal FEMZ señala que muchas empresas están al límite y que podría llegar a producirse una debacle en la producción y el empleo si no se palía la situación. Las empresas piden medidas que contengan y estabilicen los precios, para poder trabajar en un escenario razonable y previsible. El problema energético, agravado por la guerra en Ucrania pero con orígenes y causas anteriores, es uno de los que abordó ayer el Consejo Europeo reunido en Bruselas. La Unión quiere y debe reducir a medio plazo la dependencia de Rusia, pero al mismo tiempo tiene que hacer frente de manera urgente a unos costes energéticos que dañan profundamente la economía de todos los socios. En todo caso, es indispensable que el Gobierno español se adelante a las decisiones de Europa y utilice ya todos los instrumentos que tiene en su mano para moderar el precio de la electricidad. La inflación, desbocada ya hasta cifras que no se conocían desde hace décadas, y especialmente intensa en Aragón, con un 8,5% anual, está haciendo mella en los hogares, pero como consumidores los ciudadanos han de evitar caer en un acaparamiento irracional que solo complica las cosas. El enfrentamiento con Rusia agrava los problemas económicos y nos lleva a una etapa en la que será necesaria una política económica ajustada y sensata, que reparta los esfuerzos y que se explique con claridad a los españoles.
