Por
  • Alberto Jiménez Schuhmacher

Más Cajal

Centro de Interpretación Ramón y Cajal.
Más Cajal.
Rafael Gobantes

Entre los admiradores de Ramón y Cajal podemos distinguir tres categorías: Cajalistas, Cajalianos y Cajaleros. Complementarias, no excluyentes.

Cajalista es aquella persona que, sabiendo que los descubrimientos de Cajal son comparables a los de Darwin, Einstein, Pasteur o Newton no termina de entenderlos bien, pero admira a Cajal. Sabe que fue una persona de una extraordinaria relevancia social convencida de poder transformar la sociedad a través de la educación y la investigación. Como diría Emilia Pardo Bazán, don Santiago era el "Gran Sabio popular".

Cajalianos son apasionados estudiosos interesados en sus contribuciones científicas y su figura. Son sabedoras de que el Nobel aragonés descubrió que el sistema nervioso central está compuesto por células individuales, las neuronas, que están conectadas pero que son unidades independientes. Pero mucho más. Con él nace la neurociencia moderna. Las nuevas neurotecnologías están llamando a la puerta y van a transformar el mundo. Así, hace unos días supimos que tres personas parapléjicas han podido volver a caminar, nadar y montar en bici gracias a un implante inteligente de estimulación nerviosa.

Cajaleros son los ‘hooligans’ que defienden su figura y son sabedores de que Cajal engloba valores de trabajo, perseverancia e independencia de juicio que son más necesarios que nunca. Estamos en un año Cajal que representa una oportunidad única para reivindicar su figura, no podemos perder la ocasión de reclamar más Cajal. Especialmente en Aragón.

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