Calviño en Zaragoza
La gestión y el adecuado aprovechamiento de los fondos europeos cuentan entre los mayores retos que tienen en este momento España y Aragón.
Y las empresas están inquietas por la lentitud y la excesiva burocracia de los trámites. Ayer, en su visita a Zaragoza, la ministra de Economía quiso transmitir tranquilidad asegurando que el procedimiento cogerá «velocidad de crucero» en 2022. Es un compromiso que tiene que hacerse realidad cuanto antes.
Es positivo que Nadia Calviño se reuniese en Zaragoza con miembros del Gobierno autonómico y representantes de los agentes sociales y de la Universidad, porque la distribución y tramitación de las cuantiosas ayudas europeas es un proceso complejo, en el que la economía aragonesa se juega en buena medida su futuro. Hace falta, por tanto, un diálogo abierto que genere confianza y solvente dudas. Los empresarios aragoneses, a través de CEOE Aragón, han expresado sus quejas por la tardanza y las trabas administrativas que se están produciendo en la gestión de los fondos, y piden más agilidad y medios técnicos. Frente a ello, la vicepresidenta económica del Gobierno aseguró que la puesta en marcha de los planes estratégicos (Perte) se acelerará durante este año. Es ese un compromiso obligado del Ejecutivo central y que no puede dilatarse si se quieren aprovechar al máximo esas inversiones para impulsar la recuperación. Calviño, por otro lado, no debería desentenderse de las críticas formuladas por la oposición a la distribución de los fondos, sino fomentar la transparencia, que es la mejor garantía. La interlocución y la colaboración con el tejido empresarial -que en Aragón y en España incluye a miles de pequeñas y medianas empresas- y con el nivel administrativo autonómico y local resultarán imprescindibles para que la absorción de los fondos europeos se traduzca efectivamente en una mejora sustancial de las estructuras económicas.
