Jorge Azcón y Javier Lambán han formalizado el acuerdo de financiación de Zaragoza, que supondrá una mejora respecto a los fondos que recibe de la Comunidad. En total serán 80 millones en cuatro años, a los que hay que sumar los 8 millones anuales por el fondo de capitalidad que ya recibe la ciudad. Además, han prometido acordar sus planes de vivienda tras una semana de tensión a costa del plan autonómico de construir 500 pisos de alquiler en el recinto de la Expo. Este pacto del alcalde y del presidente autonómico, convertidos en rivales políticos en cuanto que líderes de sus respectivos partidos en Aragón, da una imprescindible estabilidad al Ayuntamiento. No obstante, quedan abiertos muchos asuntos en los que deberán entenderse por el bien de los ciudadanos.

La segunda reunión bilateral de Lambán y Azcón no ha conseguido acabar con las discrepancias que mantienen, pero sí ha servido para escenificar una voluntad de entendimiento, que se concreta en un acuerdo de financiación que proporciona un escenario municipal de consistencia y permanencia para los próximos cuatro años en las transferencias autonómicas. En este sentido, abre la puerta a nuevos acuerdos. Como buena señal hay que interpretar que los dos líderes hayan prometido «diálogo» y «discreción» para bajar la tensión y acordar los múltiples frentes todavía abiertos.

Está claro que la prioridad de dos instituciones tan relevantes es la de colaborar en beneficio de una ciudadanía que necesita que ambas colaboren, más allá de la lógica disputa política entre partidos. Lambán y Azcón, valorados local y nacionalmente como gobernantes pragmáticos y eficaces, deben ahuyentar cualquier tentación de pretender ganar protagonismo electoral mediante la confrontación estéril. Su responsabilidad es conseguir la mejor gestión posible de los asuntos y de los recursos públicos.