España 2050
La prospectiva no es una tradición muy nuestra.
Sin embargo, reflexionar sobre los problemas del presente, estudiar escenarios futuros y planear políticas para enfrentarlos, es de sentido común. Los empresarios lo hacen permanentemente. La presentación del informe España 2050, por parte del presidente del Gobierno, ha causado sorpresa y hasta indignación. La principal queja era que el Ejecutivo se preocupaba por el 2050 en vez de resolver los graves problemas del presente. He participado, junto a más de cien personas, en su elaboración y puedo asegurar que este informe no ha sido elaborado por el Gobierno. Los expertos, de muy diversas ideologías, hemos podido trabajar libremente, sin cortapisas ni interferencias. Hemos tratado de aportar, desde nuestro conocimiento, lo que consideramos orientaciones adecuadas para que las políticas públicas contribuyan a conseguir un futuro mejor.
En lo más duro de la pandemia fuimos llamados desde la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia para discutir y elaborar estas recomendaciones en torno a nueve retos planteados. Personalmente, me he sentido como un pequeño Zola al que se permitía colaborar para diseñar un futuro mejor. Si como bien afirmó Vargas Llosa, los intelectuales han desaparecido hoy del debate público al ser sustituidos por las celebridades como directores de conciencia política, aquí hemos tenido la oportunidad de aportar nuestro conocimiento para el progreso general. Ojalá que el diálogo nacional que se ha propuesto sirva para lograr consensos que nos beneficiarían a todos.
