Una de las claves que explican el desarrollo territorial y la buena situación socioeconómica de Aragón, que destaca entre las comunidades con mayor potencial en España, es su tejido financiero. 

Desde hace 145 años, cuando la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País fundó la Caja de Ahorros de Zaragoza, la región ha contado con una relevante palanca sobre la que construir su progreso. Hoy, Ibercaja es el octavo banco de España y su huella es palpable en buena parte de las actividades empresariales, asistenciales, culturales y de vertebración del territorio en sus áreas geográficas de referencia. Pocas comunidades autónomas cuentan ya, tras la crisis económica que comenzó en 2008, con una entidad tan enraizada y comprometida con sus conciudadanos.

Ibercaja conmemora su 145 aniversario con un proyecto propio e independiente, dando así continuidad a una larga historia de servicio financiero con una inequívoca vocación social y territorial que ha consolidado el ADN distintivo de la entidad. Este arraigo con sus áreas geográficas de origen no es óbice para que también esté embarcada en un intenso e ineludible proceso de transformación para convertirse en un banco más digital, más ágil y flexible, más innovador y con creciente notoriedad y presencia en los principales foros económicos y empresariales nacionales.

Ibercaja aborda el futuro como una sólida entidad, líder en sus principales zonas de actuación, bien capitalizada y gestionada, con una estructura de costes ajustada y un moderno modelo de atención al cliente a través de varios canales. Cuenta además con un experimentado equipo humano y un nuevo plan estratégico. Es importante que siga teniendo éxito. Un gran banco español con sede en la Comunidad asegura a Aragón la financiación de su desarrollo y de su bienestar para las próximas generaciones.