El gran laboratorio británico

London (United Kingdom), 12/04/2021.- Customers sit outside a pub after pubs and shops re-opened in London, Britain, 12 April 2021. Britain has begun its second phase of unlocking after months of lockdown. Pubs, restaurants and shops are reopening from April 12. Pubs are only allowed to serve food and drinks outside. (Abierto, Reino Unido, Londres) EFE/EPA/ANDY RAIN Britain begins second phase of unlocking
'El gran laboratorio británico'
ANDY RAIN

El Reino Unido se ha convertido en el laboratorio que nos permitirá comprobar –a escala completa de una gran nación– hasta qué punto la vacunación general permite, o no, recuperar una vida normal. 

A lo largo del primer trimestre de 2021, los británicos han conseguido ‘doblegar’ –por repetir el tópico– una tremenda ola de la covid-19, pasando de una incidencia a catorce días de más de mil casos por cada cien mil habitantes en enero a alrededor de 50 en la actualidad. Al mismo tiempo, han acelerado el proceso de vacunación muy por delante del ritmo de la Europa continental, porque negociaron mejor la compra de dosis y porque han puesto toda la carne en el asador para pincharlas a marchas forzadas, reclutando incluso a un pequeño ejército de voluntarios que no tenían conexión previa con profesiones sanitarias.

Pero por ahora no cabe atribuir aún su éxito contra el virus al influjo directo de la vacunación, porque durante los últimos tres meses han aplicado otras medidas de control muy estrictas, cerrando a cal y canto bares, restaurantes y comercios no esenciales. Es ahora, cuando desde este lunes han empezado a abrir la mano, cuando podremos comprobar si la vacuna funciona efectivamente, como todos esperamos, en la vida real. Hasta 32 de los 66 millones de habitantes de aquel país han recibido ya al menos una dosis de vacuna, lo que, sumando a quienes hayan pasado la enfermedad, aproxima al Reino Unido a un 70% de inmunizados, o al menos de semiinmunizados, es decir, a la tan anhelada ‘inmunidad de grupo’.

Si en las próximas semanas, la incidencia del virus vuelve a dispararse y los hospitales británicos se saturan una vez más, mal augurio para todos. Si, por el contrario, con las tiendas y las peluquerías abiertas y los pubs sirviendo ríos de cerveza, la covid-19 no se desmanda, querrá decir que nuestras esperanzas van bien encaminadas. Esto último es lo que cabe deducir de lo que científicos y expertos nos han explicado. Pero comprobar que se hace realidad, aunque sea en Gran Bretaña, sería una gran alegría

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