Trombosis

Opinión
'Trombosis'
Krisis'21

El buque mercante ‘Ever Given’ encalló el 23 de marzo en el canal de Suez. 

No es un barquito cualquiera. Es un gigante de los océanos. Mide 399,94 metros de eslora y 59 de manga máxima, según se lee en la ficha disponible en www.MarineTraffic.com. Ahí también dice que está destinado al transporte de contenedores, que fue construido en 2018 y que lleva bandera panameña. Declaran 199.692 toneladas de peso muerto cuando está completamente sumergido a su calado de verano. Son dimensiones impresionantes.

Si lo pusiéramos a navegar en el Ebro, frente a la Basílica del Pilar, veríamos que es unas tres veces la longitud de la fachada. Y con ese tamaño, sin saber cómo, se ha cruzado, atascándose en las arenas del fondo del canal de Suez. Esa es otra obra de ingeniería, más impresionante si cabe. Este canal fue construido a mediados del siglo XIX. Tiene una longitud de 193,3 km, una anchura máxima de unos 300 m y una profundidad media de 22,5 m. El canal cambió el comercio marítimo mundial. Es una infraestructura clave para que nuestro modo de vivir –globalizado– sea como es.

El accidente del ‘Ever Given’ en el canal de Suez ha producido una especie de
‘trombosis’ en el sistema del comercio internacional

Así, entre África y Asia, en esa línea de agua, entre el Mediterráneo y el mar Rojo, se mueven millones de toneladas de productos que alimentan el comercio y consumo entre Occidente y Oriente. Pues, ahí, en esa esquina del mundo se ha cruzado el buque de la compañía Evergreen-Line. Esta empresa es un ejemplo de negocio de nuestro mundo contemporáneo. Es un grupo que, según declaran en su web, está formado por Evergreen Marine Corp. (Taiwán) Ltd., Italia Marittima S.p.A., Evergreen Marine (Reino Unido) Ltd., Evergreen Marine (Hong Kong) Ltd. y Evergreen Marine (Singapur) Pte Ltd. Es un conglomerado dedicado al transporte que mueve mercancías entre Europa y Asia. Funciona como parte del engranaje vertebrador del sistema circulatorio del planeta. Sin su contribución, junto con otras multinacionales similares, el metabolismo de la humanidad sería distinto. Estaríamos obligados a vivir de otro modo. Por eso, desde esta ‘perspectiva metabólica’, se podría decir que este accidente nos debe servir para prestar atención a la salud de nuestro planeta Tierra.

De hecho, estamos asistiendo a una ‘trombosis’ del sistema mundial de comercio. El ‘Ever Given’ ha producido un coágulo en una de las arterias principales. Se han atascado cientos de buques. Basta mirar las fotos distribuidas de satélites o el mapa en vivo de www.MarineTraffic.com para observar el trombo de buques esperando recuperar el pulso. Otros, ante el panorama, han cambiado su ruta, pero son pocos quienes piensan en revisar el modelo global. Una vez desatascado el buque, el tráfico volverá a las dinámicas habituales. Sin embargo, quizá deberíamos pensar qué estamos haciendo, si debe seguir siendo así o cómo. Caben muchas preguntas. Los accidentes también son llamadas, avisos para revisar lo que se hace.

Nuestra forma de vida
hiperconsumista depende del continuo movimiento de mercancías por el globo

¿Hemos de tomar en serio esta trombosis? Sí, deberíamos, pero nuestras rutinas cotidianas no cambiarán. Seguiremos comprando y consumiendo. Seguiremos importando y exportando como si no hubiera mañana. La salud planetaria peligra pero… Pero ni con las inundaciones, ni con el aumento de temperatura del planeta –febrícula, podría decirse– aprendemos. Solo seremos conscientes de los efectos de estos problemas de salud planetaria cuando los tengamos encima. Cuando se rebose el vaso, nos acordaremos de estos avisos.

Antes de que llegue ese momento, los más optimistas están convencidos de que adaptaremos nuestras costumbres al contexto. Somos mortales, pero la especie sobrevivirá. Mientras que los más pesimistas anticipan un gran cataclismo que nos llevará al colapso y la extinción. Para los primeros, un accidente como el del ‘Ever Given’ solo causa una trombosis pasajera en el sistema. No más. Mientras que para la posición contraria es necesario aplicar fórmulas de transición con las que reorganizar nuestra vida globalmente. Difícil. Seguiremos consumiendo mientras sigamos teniendo oportunidad. Es más cómodo que lo contrario. Aunque estén alterados los indicadores de colesterol, ácido úrico, tensión arterial, glucosa en sangre, etcétera, hasta que el cuerpo no muestre los dientes del lobo, no cambiamos.

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