Por
  • Yolanda Gamarra

Acción exterior

González Laya.
González Laya.
Efe

El 26 de enero, el Consejo de Ministros acordó la remisión a las Cortes del proyecto de la Estrategia de Acción Exterior 2021-2024

Recoge las prioridades y los objetivos de la acción exterior de España, al mismo tiempo que identifica las grandes tendencias, fija la posición y define su respuesta. El documento incluye la promoción de los derechos humanos, la democracia y la seguridad; el impulso de un modelo socioeconómico basado en los principios de integración, justicia y equidad, o la mejora de la gobernanza global mediante una mayor integración regional y un multilateralismo reformado y reforzado.

Las reacciones han sido dispares. Ciertos diplomáticos consideran que la estrategia es abstracta e inconcreta. Otros, en cambio, estiman que la hoja de ruta recoge valores y objetivos claros y sensatos. Con independencia de la ideología de los gobernantes, los intereses de los Estados deben ser permanentes. En el caso de España son archiconocidos: la integración en Europa, la proyección iberoamericana, el vínculo atlántico y la solidaridad mediterránea. Otros nuevos, no exentos de crítica, han sido introducidos como la promoción del feminismo y de la diversidad.

Con suerte, la estrategia puede servir para tejer consensos internos y proyectar a España. Los resultados logrados en la UE son favorables, por ejemplo en cuanto al reparto de fondos y la cuestión de Gibraltar. Cierto que las fuerzas actuales han sido beneficiosas y el mérito de tales logros no sólo se debe a la acción exterior. Aprovechemos, en todo caso, la inercia para situar a España en un lugar destacado de la esfera internacional.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión