Necesidades de partido

Zaragoza tendrá presupuestos. PP, Ciudadanos y Vox necesitan el acuerdo, aunque lo políticamente relevante no es tanto la distancia que les separa como el momento negociador por el que atraviesan los tres partidos. La dimensión presupuestaria del conflicto también es menor. Las diferencias entre la formación liderada por Julio Calvo y los socios de gobierno no se presentan insalvables ni atienden a millonarias partidas. El choque es cultural, centrado en las ideas fuerza que definen a Vox, y está fijado en obsesiones recurrentes tales como el presupuesto destinado a las políticas de igualdad o las ayudas de cooperación al desarrollo. Una estrategia nada original y calcada de otras tantas plazas municipales y autonómicas donde son necesarios para otorgar mayorías. Su deseo, destinado a reforzar su mensaje en un momento en el que la política nacional responde como un resorte ante la crispación, solo busca una ganancia de visibilidad sin atender a ninguna profundidad en la política municipal.

Tras las elecciones del 14-F y las últimas encuestas publicadas (el sondeo de DYM para HENNEO sitúa a la formación de Santiago Abascal con el 18,1 por ciento de los votos, a solo punto y medio de los populares), Vox se muestra reforzado y convencido de que el ‘sorpasso’ catalán puede extenderse. Al margen de la curiosidad que representa descubrir los idénticos deseos que condujeron a Podemos en su asalto al PSOE ahora en Vox respecto al PP, la derecha populista en el Ayuntamiento continúa conduciéndose sin generar una mayor incomodidad al alcalde Jorge Azcón ni a la vicealcaldesa Sara Fernández. Tal y como se interpreta en el seno de la coalición, los concejales de Vox se están comportando como dos ediles dentro de una corporación de 31 y no como los dos concejales necesarios para sumar la imprescindible mayoría de 16.

No cabe duda de que el alcalde no quiere sobresaltos y las concesiones a las posiciones extremas de Vox, mientras a Ciudadanos apenas le supongan unos ligeros rasguños y solo irriten a la oposición, se seguirán produciendo. La apuesta de Azcón por la estabilidad le obliga a trabajar por la continuidad de los apoyos que le dieron la Alcaldía, sabedor de que el buen entendimiento trenzado con la vicealcaldesa desdibuja a las dos marcas en beneficio de su figura. Los socios de Gobierno se respetan y necesitan. Ambos se encuentran cómodos, tanto que todas las elucubraciones sobre su futuro están permitidas.

La evolución de Ciudadanos es toda una incógnita y puede descubrirse bajo múltiples formas. Los malos resultados cosechados en las catalanas sitúan a los naranjas en un plano emocional de debilidad negociadora, aunque no se puede olvidar que sus seis concejales también suman con los 10 del PSOE. La búsqueda de presencia y notoriedad es, sin duda alguna, su principal preocupación, siendo los presupuestos imprescindibles para este cometido. La continuidad de todo el grupo municipal de Ciudadanos depende de las diferentes actuaciones que logren poner en marcha de aquí a las elecciones de 2023, por lo que cualquier demora se convierte en un inconveniente.

Lo realmente preocupante es que los presupuestos se aprobarán sin que el Gobierno central haya cuantificado la ayuda covid que debe transferir al Ayuntamiento. No obstante, Azcón quiere un acuerdo y lo tendrá. Lo que se está viviendo estos días no deja de ser parte de la habitual liturgia negociadora.