12 segundos, 2 bloqueos
De los años del eclecticismo hemos heredado un vicio peor: pensar que toda idea merece ser escuchada y debatida. Hace unos días, contrario a mi forma de actuar en las redes sociales, puse un mensaje dando explicaciones de por qué había bloqueado a dos sujetos. Llevo cinco años dedicado al periodismo sanitario y eso me ha dado ciertas herramientas para saber cuándo un estudio científico alcanza cierto rigor e independencia y, por tanto, merece la pena ser compartido. En estos últimos meses, las múltiples barbaridades que se han escuchado en torno a las vacunas han generado un problema de salud pública a base de bulos sobre su peligro e inseguridad.
Así que siempre que puedo, comparto en mis redes información contrastada y sin interpretar sobre los resultados que van logrando las vacunas para el Covid-19. Ha sido en esas entradas donde, de forma insistente, estos sujetos dejaban comentarios sobre presuntos tratamientos o malignos planes mundiales que iban a traer estos medicamentos. La mayoría eran mensajes de Facebook de origen desconocido o vídeos de un supuesto doctor extranjero que te contaba ideas rocambolescas y planes maléficos para dominar el mundo gracias al Covid-19. Eso generaba un intercambio de opiniones entre estos sujetos y personas formadas, alguno incluso médico, que no llegaba a ninguna parte porque cuando su ignorancia se veía acorralada, terminaba en un "y punto", que es la salida en redes sociales a lo que siempre han demostrado los fanáticos cuando se quedan sin argumentos: violencia y gritos.
Así que decidí bloquearles para llevar a mis redes sociales algo que ya hago en mi vida personal, y que sienta de maravilla: debatir siempre sobre premisas sensatas y entre personas que al menos se han esforzado en intentar entender una realidad con las herramientas que nos da la ciencia y la honestidad. Con esa base se puede hablar de cualquier cuestión y, a partir de ahí, aportar algo positivo. De lo contrario, solo contribuimos a expandir la mentira, la desinformación y el ego de algunos. Que el dolor siempre ha sido un lapso de tiempo mayor tras las batallas que nos devuelven a la casilla de salida y Unicef estos días ha abierto una campaña de donación solidaria que reza: “Cada 12 segundos, las vacunas evitan una muerte”.
