Por
  • Eva Pérez Sorribes

La tribu

Más de 300.000 niños están en riesgo de perder el cuidado parental en España.
'La tribu'.
HA

La generación Dalsy peligra con la covid. Ahora, lo de llevar al hijo al cole con décimas de fiebre pero chutado de ibuprofeno, eleva al cubo lo que ya era antes un ejercicio de irresponsabilidad insolidaria. Hace años que nuestro sistema productivista dejó de lado los cuidados, los convirtió en negocio para terceros y puso a todo el mundo a trabajar a destajo. Vaciamos las casas y llenamos las residencias y las guarderías. 

Hacían y hacen falta dos sueldos para hacer frente a la compra o alquiler de vivienda y todos los gastos de la vida. Pero mientras en otros países los horarios laborales se flexibilizaban para poder convivir trabajo y familia, aquí se estiraban como el chiclé a la vez que menguaba nuestro rendimiento. Mediodías extensos, reuniones a deshora, poco teletrabajo y un sinfín de extraescolares para hacer de guarda-niños agotados y sin derecho a baja. Pero todo esto se acabó. Y ni con la red de superabuelos podemos contar. La covid ha hecho trizas lo que ya estaba bajo mínimos, nuestro andamiaje de lo cotidiano, y los equilibrios se han vuelto imposibles. Tiene que ver con una igualdad que todavía no ha llegado a lo doméstico ni a lo laboral, con una precariedad que casi siempre afecta a ellas y con un capitalismo salvaje que expulsa e infravalora a quien no produce. 

La covid ha hecho trizas nuestro andamiaje de lo cotidiano que ya estaba bajo mínimos.

Si las crisis son, de verdad, una oportunidad, estamos ante el momento perfecto para darle una vuelta. Y si no, ¿cómo lo vamos a hacer? Es lo que se preguntan hoy más de 200.000 familias en Aragón. Y la respuesta no está en la escuela, sino, como dice ese proverbio africano, en la tribu entera.

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