Medicalizar las residencias
El Gobierno de Aragón plantea medicalizar las residencias de mayores y reforzar la formación del personal en prevención de enfermedades contagiosas, con el objetivo de mejorar la lucha contra el coronavirus y la respuesta ante futuras pandemias. Así debe ser. Es preciso y urgente que se revise el modelo de residencias públicas y privadas, sobre todo estas últimas, a veces muy lejos de los niveles óptimos, para que en ningún caso pueda repetirse lo que está sucediendo en esta pandemia. La atención en las residencias debe ser integral entre lo sanitario y lo asistencial.
Las residencias concentran buena parte de los muertos durante la pandemia, más en la primera oleada que en la actual. Por ello es imprescindible preguntarse qué es lo que se debe mejorar. En esta línea parece bien orientada la propuesta del director general de Salud Pública, Francisco Javier Falo, de implantar el servicio de enfermería en toda la red aragonesa para intensificar la prevención y la promoción de la salud. Solo el 55% de los centros de mayores disponen de este servicio en la Comunidad, cinco puntos por debajo de los que tienen atención médica. Y únicamente el 30% cuentan con ambos servicios para sus residentes. Cuestión aparte, pero también fundamental, es cómo financiar la generalización de este servicio sin que suponga un coste inasumible para las familias.
Es positivo que aprendamos de los errores y hagamos los cambios necesarios para corregirlos. No debemos olvidar la tragedia vivida en los últimos seis meses, con ancianos muriendo en soledad, con familiares angustiados por la falta de información y de tratamiento médico, con cuidadores y trabajadores también contagiados por la ausencia de equipos de protección. Son demasiados puntos negros que no deben volver a repetirse cuando la segunda oleada del coronavirus ya presiona en las residencias.
